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La pelinegra pasó saliva en cuanto el moreno se acercó hacia su cuello, comenzando a dejar pequeños besos sobre su piel, dejando sus dientes pasar repetidas veces por la anterior nombrada, provocando que la mayor parte del cuello de la pequeña quedara completamente rojo.

— J-JungKook, por favor...— Murmuró, mordiendo su labio inferior. Los ojos de la chica seguían tapados, intentaba quitarse aquella venda, aunque sus manos estaban siendo aguantadas por el moreno. — Yo solamente venía a hablar de los mensajes aquellos.—

— ¿De verdad que prefieres hablar sobre eso antes que disfrutar un rato conmigo?— Preguntó el mayor, escuchando como la pelinegra gemía sin descuido en cuanto su gran mano bajó hacia los pechos de la pequeña, toqueteándolos sobre su camiseta, la cual no tardaría mucho en ser desprendida.

— JungKook, por favor...— Mordió su labio inferior, echando su cabeza hacia atrás. Su polera había sido levantada y ahora el moreno pinchaba sus pezones sobre la tela de su sostén negro.— Q-Quiero... Quiero que todo esto termine.— Murmuró, sintiendo como poco después las acciones del chico eran detenidas.— ¿JungKook?...—

Las manos de la pequeña fueron desatada, al igual que sus ojos fueron destapados.
Yerim parpadeó un par de veces, intentando acostumbrarse a la poca luz que había en aquella sala.
Subió su mirada, mirando al moreno, quien se fijaba en el suelo del lugar.

— Yo...— Se acomodó sobre aquella mesa en la que había sido tumbada anteriormente. Le daba muchísimo más miedo ver a JungKook hablar antes que verlo así de callado. Estaba intimidada por él, para que negarlo.— Enserio JungKook, yo no...— Intentó decir algo más para no cargarla tanto, pero el mayor la mandó a callar.

— Yeri ya, vete de aquí.— Susurró, mordiendo su labio inferior.— Vete, de verdad.— Farfulló nuevamente, levantando su brazo derecho, señalando la puerta de aquella sala.

La pelinegra no tardó mucho en levantarse de la mesa, caminando directamente hacia la salida. Deseaba girarse, y decirle algo, pero sabía bien que sí llegaba a hacer eso JungKook la podría mandar a la mierda, y no quería eso... A pesar de que el moreno la había acosado de aquella manera Yerim no quería que acabara mal aquello.
JungKook era buena persona, la chica lo sabía... Sin embargo era un chico muy tímido y reservado, por eso hizo todo aquello mediante a mensajes. Y, cuando tuvo a Yerim a su disposición, le tapó los ojos para que no pudiera verle.

La chica salió de la cafetería, agarrando rápidamente su teléfono entre sus manos. Marcó costosamente el número de su mejor amiga, para avisarle de que todo aquello había sido un desastre y que por fin podía marcharse nuevamente a casa y pensar en todo lo ocurrido en la cafetería.

Lo único bueno de todo aquello era que Yerim ya había dejado bien en claro sus pensamientos y su decisión sobre aquellos mensajes. No los quería volver a ver en su vida... Podría acabar con todo eso. JungKook era responsable y maduro, probablemente dejaría a la pelinegra en paz y se iría a por cualquier otra persona que sí le gustara todo el rollo de los mensajes anónimos calientes.
La chica había solucionado todo... Sin embargo se sentía bastante culpable por sus palabras hacia el moreno...

- Psycho.;; JungRi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora