Introducción

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Rodrigo era un chico normal, común y corriente. El típico chico blanco heterosexual con algunos amigos. Hasta que la pubertad le pegó.
Y, entre tantos cambios predecibles, el destacado era el de su rostro; su tierna carita de niño cambió por una cara de adolescente re virgo, y él no fue en contra de su apariencia, conviertiendose en un otaku con certificado de no ponerla.
Rodrigo sabía que estaba pasando por la hermosa adolescencia, donde se supone que le crecería el pito -aunque esto aún no ocurría-,  encontraría a su primer amor, experimentaría emociones nuevas y pasaría muchos, pero MUCHOS momentos incómodos.
Lo que no sabía rodrigo era que algunas de esas experiencias lo marcarían de por vida.

El jabón, el otaku y el emoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora