CAP 2

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Una hora había pasado desde que su salida comenzó, y San empezaba a ponerse nervioso. De vez en cuando oía su nombre escaparse de los labios de sus compañeras mientras jugaban con una especie de artefacto construido de papel, y nervioso observaba como sus pares femeninos manipulaban con sus diminutas manos el instrumento conforme iniciaban una cuenta en voz alta.

Curioso, el pequeño San se levantó para preguntar a una de las niñas sí podía unirse a ellas, el objeto de papel y puntos de colores había cautivado su atención, y si no lograba jugar, su subconsciente nunca le dejaría en paz, además "La idea de la excursión era aprovechar para socializar, ¿no?" Pensó él cuando la niña le sonrió de buena gana con un color carmesí apareciendo ligeramente sobre sus mejillas, y respondiéndole con un simple pero acogedor "Claro" mientras echaba a su compañera de asiento para poder jugar con el hijo del presidente.

- ¿Cómo funciona? - Preguntó San una vez estuvo acomodado en su asiento y sostenía el objeto entre sus manos.

- Tienes que pensar una pregunta, como por ejemplo; qué vas a hacer con la persona que te gusta esta noche. - Le informó la chica bajando la mirada hacia sus propios pies.

Para aquel entonces, San empezaba a comprender en dónde se había metido, se trataba de un adivino de papel, y ahora entendía porque había estado escuchando tantas veces su nombre durante la última hora, sus compañeras estaban imaginándose una vida junto a él.

- Deacuerdo, ya la tengo. ¿Qué será lo que nos una a mi pareja y a mí? ¿Cómo la conoceré? - Preguntó el hijo del presidente esperando que ninguna respuesta llevara la palabra autobús.

- Tienes que elegir un número y moverlo.- Aclaró la chica y San indicó que elegía el número nueve mientras movía el adivino y el resto de chicas contaba junto a él.- Ahora elige el color de estos cuatro que hay. Y esa es tu respuesta. -Informó la joven bajando la cabeza sin dejar de mirar a San de reojo.

Con confianza, San trago saliva levantando el triangulo que tenía pintado un punto de color morado, y bajo él se encontró con su predicción, que distaba bastante de la realidad que esperaba.

"Bajo la luz de la luna, sucumbiendo a la oscuridad". Habló San siendo respondido por una carcajada medio y mal contenida por parte de su guardaespaldas.

- ¿Qué es eso Jisoo? ¿Te lo ha vuelto a rellenar tu madre? Sabe que vamos a estar en una mina. ¡Qué lista! - Se quejaba ahora la chica morena de al lado de San.

-Jennie, siempre que las hace ella acierta, aunque es raro que hasta ahora solo él haya sido el que ha elegido ese color.- Cuestionó la dueña del adivino cogiendo el objeto de las manos de San igual de confusa que el resto.

- ¡Eh San! ¿Nos ayudas con el juego de la profesora? - Comentaba un Mingi sonriente volviéndose por décimo tercera vez en busca de San, haciendo que el hijo del presidente suspirara de alivio para sus adentros y consiguiese huir de ese juego macabro que las niñas se traían entre manos. Iban a sucumbir a la oscuridad al entrar en la mina, estaba seguro de que ahora todas las que fantaseaban con él creían tener una posibilidad.

- Mingi... ya te he dicho mil veces hoy que no... -Comentaba Seonghwa cuando fue interrumpido por San mientras el hijo del manda más recuperaba de nuevo su asiento junto a un divertido JungKook.

- ¿Cuál es la recompensa? - Preguntó San, realmente con un CI de genio no le sería difícil dar las respuestas de las adivinanzas.-

Con un semblante de asombro, esta vez era Seonghwa quien respondía a la pregunta del hijo del manda más.

- Se trata de una tarta gigante hecha de chucherías. Si aceptas vamos a partes iguales entre los tres. -Aclaró.

Con que chucherías... Al menos podría sorprender a mis compañeros y crear una buena impresión. -Deacuerdo, eso está hecho. ¿Cuáles son las adivinanzas? -Preguntó de nuevo San, y la profesora apareció portando en la mano un papel con las preguntas.

WOOSAN Una gárgola en SeúlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora