--¿Sabes quien soy?
Era hija de herrero, y por ende sabia de estiletes. Aquella daga había sido forjada en un castillo, no tenía comparación con las que llevaban los de mi aldea. Sus vestimentas eran finas, un poco desgastadas pero sin duda costosas y a pesar de su demacrado estado y facciones prosaicas, aquel joven transmitía grandeza.
--¿Un lord?
--Si, un Lord. Lord Bolton, Castellano de Fuerte Terror.
En ese momento sentí que todo mi interior se estremeció, conocía las historias ,era por mucho un ser despreciable. Pocas señoritas en mi posición conocerían ese dato, supongo que le debo mucho a Nana y a su estancia como sirvienta en Invernalia .Debía de usarlo en mi favor.
--Y señor de Hornwood.
En ese preciso instante ,una sonrisa de aprobación en su rostro brotó poniendo en sobre alerta cada centímetro de mi piel y tensando cada articulación ,podía sentir el latido de mi corazón agitado y el recorrer por mi espalda de un frío acogedor.
--Oh, dónde están mis modales. Disculpe a Hediondo. En que estábamos, se pone nervioso con las chicas .Ah si, quién es esta encantadora señorita?.
Se encontraba cada vez más cerca, ahora podía sentir el efímero recorrer de sus dedos entrelazándose en mi castaña cabellera, en medio de un dulce y a la vez inquietante juego.
--Soy…Alys Karstark ,o no. Nunca lo sabrás.
--Apuesto más por que seas una salvaje. Además ella debe estar muerta ,junto con toda esa escoria Karstark!.
Se puso intenso, estremeció la cruz cerca de mi rostro. Sus ojos desorbitados por la ira se enfocaron en mi ,parecía desafiante. Desconozco la razón y el porque a pesar de ello, ahora no lograba intimidarme.
Su mirada se tornó nostálgica. Arremetió contra mi una bofetada. No pude evitar dejar salir un sollozo ahogado.
--Eso es por mentirme.
Desenvainó la daga que portaba, besó mi sonrojada mejilla, frenando así la desmesurada carrera de mis lagrimas.
--Como te llames, ya no tiene importancia. A menos, que prefieras que porte tu nombre, como una muestra de buena cacería una de mis perras.
--No.
--¿Cómo?,no alcanzo a oírlo.
Le besé, mordiendo sus labios del color de los cerezos, hasta que afloró la sangre.
--¡No!
--A partir de este momento, pasarás a llamarte Myranda.
Ese día, justo como ahora, en esta misma fría torre; desató mis muñecas. Ha vuelto a estar oscuro. Me invaden las ideas. Le vuelvo escuchar decir..
…No le temas a la oscuridad…Fin..
Se que es corta, recién me inicio en este maravilloso mundo que es la literatura. Si les gustó haganmelo saber. Me inspiran sus comentarios. Prometo escribir algo mas largo pronto.
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Don't Fear To The Dark.
FanfictionNo hay nada mas aterrador que la oscuridad. Esta no es una historia feliz.