Cojo una bocanada de aire y me adentro en el local...Al abrir la puerta tan solo me reciben unas escaleras que van hacia la parte de abajo, de donde proviene el ruido.
Son escaleras de escalones pequeños y muy inclinadas y con el peso de la mochila se me hace un poco difícil bajar. Pero cuando por fin lo hago llego a un pequeño mostrador, donde hay un chico sentado.
ㅡBuenos días ㅡdice él haciendo una pequeña reverencia ㅡ. Tiene suerte, nos quedan sitios libres. Acompáñame. ㅡY al usar aquel tono formal me siento muchísimo más mayor. ¿Cuántos años tendrá el chico?
Asiento y le acompaño hasta un sitio en el que podemos ver todos los cubículos.
Me enseña cuáles están libres y me dice que puedo elegir el que quiera, así que comienzo a mirar a todos los sitios.Y de repente veo el sitio perfecto.
Aquel chico, el rubio que había inspirado mi anime, se encuentra sentado con la mirada y la atención fijas en la pantalla. Sus labios y ceño están fruncidos y, por sus ojos, tiene pinta de haberse levantado hace no mucho tiempo.
Le señalo al chico el sitio y decide acompañarme hasta allí.
ㅡSi tienes algún problema avísame ㅡdice cuando llegamos. Y se marcha. Pero a penas he escuchado lo que ha dicho, tan sólo estoy pendiente de ese chico del que ni su nombre sé.
Por fin tendré la oportunidad de escuchar su voz y, no es solo porque yo quiera oírla, si no porque así también me servirá para el animé.
Me siento, conecto la tablet al ordenador y comienzo a buscar el programa de dibujo.
Tengo la suerte de que este ordenador es de la misma marca que el que uso diariamente pero, por alguna razón que no entiendo, me cuesta encontrar el programa. ¿Será que estoy nerviosa?Sigo buscando por lo que parece mucho tiempo pero me es imposible encontrarlo, así que me levanto y voy en busca del muchacho que estaba en la entrada. Y es ahí donde la encuentro.
ㅡPerdona ㅡdigo al llegar al mostrador ㅡ, estaba buscando en el ordenador pero no encuentro el programa que necesito ㅡle informo, asiente y vuelve conmigo al cubículo.
Se sienta en la silla y me pregunta por el programa. Cuando se lo digo comienza a buscar por todos lados, pero creo que tampoco lo encuentra. Genial, y yo que quería trabajar...
ㅡAhh, creo que sé porqué es ㅡdice de repente, y comienza a explicarme su teoría. Bastante compleja por cierto.
~크리스, Christopher~
¿No podía sentarse en otro sitio?
Sí, el Cyber café hoy está muy lleno de gente, pero hay más sitios libres. Pero no, aquella chica tenía que sentarse justo a mi lado.
Y además justo cuando intento trabajar...Pongo el volumen de los cascos más alto, intentando no escuchar todo ese parloteo, pero parece que se esfuerzan en no dejar que me concentre.
Intento seguir a lo mío, memorizando pasos de baile, pero llega un momento en el que siento que mi cabeza va a explotar y tengo que quitarme los cascos.
ㅡY eso sería todo ㅡle dice Félix a aquella chica ㅡ. Ya sabes cómo dibujar así que ya está.
Es en ese momento en el que me intereso por lo que sea que esté pasando en el cubículo de mi derecha.
Me incorporo un poco, tan solo para poder ver por encima de la pequeña pared que nos separa, y lo único que puedo ver es el dibujo de una niña en la tablet de la chica así que me vuelvo a sentar.
Pero el dolor de cabeza persiste y me veo obligado a salir en busca de un poco de aire fresco.
ㅡFelix ㅡle digo a mi amigo, que sigue hablando con la chica ㅡ, voy a salir. ¿Cuidas mis cosas?
ㅡChris, sabes que nunca pasa nada pero vale ㅡresponde él, volviendo la mirada a lo que estaba haciendo.
Y de repente siento el impulso extraño de mirar a aquella chica. ¿Por qué? Buena pregunta...
Pero ella me está mirando, con sus grandes ojos oscuros como platos y sus labios entre abiertos.
Sonrío de medio lado ante esa mirada algo incómoda y salgo del lugar. Aquello había sido muy extraño...Fuera hace algo de fresco y tardo poco en volver a entrar, pero ese frío me sirve para despejarme. Justo lo que necesitaba.
Entro, y cuando estoy llegando a mi sitio veo lo que está en la pantalla de aquella chica.
Un animé.
Bueno, por lo menos, un personaje de animé.Al acercarme me sorprende lo mucho que ese dibujo se me parece, y puede que tan solo sean cosas mías, pero me recuerda a mi.
Su pelo ondulado, esponjoso y rubio, las bolsitas de sus ojos, la mandíbula...Me quedo unos momentos ahí de pie, mirando qué es lo que está haciendo aquella chica desconocida, y puedo ver en la pantalla del ordenador los trazos que ella hace en la tablet. Está dándole los últimos toques a la niña que había visto antes de irme.
Y tras unos segundos, cuando lo termina, vuelve a incorporarse del todo y hace el dibujo más pequeño, de forma que ambos lo vemos completo.
Definitivamente me recuerda demasiado a mi.
~혜미, HyeMi~
Siento los pasos acercarse antes de ver por el rabillo del ojo cómo se sienta. Chris ha vuelto.
Chris..., Chris..., es un nombre que le va genial. Pero es extraño que, siendo coreano, no tenga un nombre coreano.
Y, tras pensar aquello, la necesidad de saber más de él crece en mi. Quiero hablarle, pero no quiero que me conozca o que sepa que he cogido su imagen para mi personaje.Agh, todo es tan confuso...
Chris vuelve a ponerse los cascos y ambos seguimos a lo nuestro.
Estoy feliz porque, de lo que esperaba que fuera una mañana de trabajo sin novedades, he conseguido saber su nombre y cómo es su voz. Y ambas cosas son de gran ayuda.
Paso allí toda la mañana hasta la una y media. He dibujado muchísimos bocetos de Sen y Mina, los personajes protagonistas, en multitud de poses y perspectivas.
También debería pensar en el resto de personajes que aparecerán en el animé, pero de momento estoy tan feliz con haber encontrado a mi estro* que no soy capaz de pensar en nada más.
Salgo del Cyber café con una gran sonrisa en los labios y en dirección a mi casa. Esperaba una mañana diferente pero no podría haber sido mejor.
*Estro: sustantivo sinónimo de "musa" pero en masculino.
¡tercer capítulo!
Esta vez escrito por la talentosa Little_mnst ~~espero que os esté gustando muucho este fic.
os amooo~~
byee
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未来のカウボーイꜝꜝ
Fanfiction{˚₊✩‧₊} ¿Destino? ¿No es ese el momento en el que conoces a cierta persona de la cual admiras su trabajo? Christopher Bang no creía en el destino pero tras conocerla a ella rápidamente supo que aquello no tenía otro nombre. Pero ella ya le conocía...