Querida Ramona:
Esta es mi última carta.
Mi último hola.
Y mi primer adios.
Quiero escribir tantos sentimientos en tan solo una carta.
Me has echo sentir vivo.
Aunque nunca estuvieses a mi lado.
Te convertiste en mi felicidad.
En mi pilar.
Pero no puedo seguir así.
No puedo depender de una persona.
Por eso me mudo.
Me mudo para intentar olvidarte.
Pero hasta yo sé que no va a ser posible.
No soportaría mirar hacia la ventana.
Y no verte ahí.
Y eso me pondría triste.
Porque tú ya no estás aquí.
Y yo no puedo hacer nada para que vuelvas.
Y sí, sabía que este día iba a llegar.
Que la muerte es inevitable.
Pero Ramona.
Tu muerte fue tan pronto.
Tan imprevista.
Dios, Ramona.
¿Por qué deciste ese camino?
Sé que la vida es dura.
Pero nunca hay que rendirse.
Nunca hay que bajarse del tren.
Y tú, lo hiciste.
El tiempo se acaba.
Ya es hora del adios.
Antes de terminar.
Antes de depositar esta última carta en tu tumba.
Quiero escribir unas últimas palabras.
Que nunca tuve valor de decir.
Ni en persona.
Ni en carta.
Te amo, Ramona.
Y te amaré siempre.
De tu anterior vecino y admirador secreto;
Daniel xx
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Querida Ramona [1]
De Todo❝Simples cartas de un simple chico enamorado.❞ arte: Casino por Joan Mitchell, 1956