El Chico De La Florería ||Emiliaco||

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JOAQUÍN

El día de hoy estaba muy calmado en la florería, Renata había salido unos minutos atrás para hacer una entrega de un arreglo que nos habían pedido. Por eso mismo el legar estaba  silencioso, la presencia de mi hermana es la que hace que en este lugar haya un poco más de vida.

De un momento a otro el tintineo de la campana de la entrada principal sonó, ví pasar por la puerta a un chico de cabello rizado y unos cuantos centímetros más alto que yo.

—Buenos días, ¿puedo ayudarte en algo?— Dije observándolo, se notaba un poco nervioso.

—Amm... Si, quería un arreglo de flores—

—Oh claro, ¿que tipo de flores desea—

Cuando pregunté eso el chico pareció irse por un instante, su mirada se perdió observando todas las flores del lugar, se notaba que estaba pensando algo muy seriamente.

—¿Es para alguna ocación en especifico— Solté sin más para tratar de ayudarlo

—Si, es para mí aniversario con mi novia—

—Ya veo, yo te recomendaría llevar un arreglo de rosas, es mayormente usado para esas ocaciones— Sonreí

—Bien, llevaré un arreglo de 20 rosas rojas, por favor— Hablo finalmente el chico, yo me límite a responder un “Entendido” amigablemente e inicie mi labor.

Este chico realmente estaba nervioso, su pierna derecha temblaba con desespero y veía el lugar un tanto inquieto mientras mordía sus uñas, pero el parecía no notarlo por lo distraído que estaba.
Terminé su arreglo y enseguida avisé su finalización.

—¿Cuánto te debo?—

—Serían $25, por favor— Le conteste entregándole el ramo.
Desde mi punto de vista ese era un precio muy barato y accesible a comparación de el de otras florerías, pero eso era una de las razones por las cuales los negocios de mis padres eran tan famosas y queridas.

El chico me entrego el dinero y agradeció dirigiéndose a la puerta abriéndola.

—Al contrario, vuelve pronto y que tengas un excelente día— Sonreí mientras escuchaba el tintineo de la campana y la puerta cerrarse viendo como aquel chico se iba.

Me dirijí a la caja registradora y guarde el dinero ahí mientras volvía a mi labor de hace unos minutos atrás, realizar mis deberes escolares, apenas era viernes pero aveces el trabajo me quita mucho tiempo los fines de semana, así que prefiero hacerla lo antes posible y no poder de pretexto mi trabajo.

Me quedé un rato más haciendo eso hasta que Renata cruzo la puerta hablando, o más bien, quejándose.

—Estoy muy cansada— Exclamó alargando la última letra mientras recostaba su cabeza en el mostrador.

—No seas exagerada Renata, Solo recorriste 2 cuadras, no es para tanto— Dije mientras ponía en mi tono y expresión un poco de burla y cruzaba los brazos.

—¡¿Cómo que no es para tanto?!, ¡Si cuentas el  regreso fueron 4 cuadras y cada cuadra mide lo que serían 5 cuadras!—

Solté una carcajada al ver su “estres”, era una dramática... Lo aprendió de mi, estoy orgulloso de ella.

—Sí sí, lo que usted diga señorita “cuadra”, además no te quejes, fuiste en bicicleta, dramatica—

—Mira quien lo dice, señor “drama”—

Me acerque a ella y no dude ni un segundo en hacerle el famoso “Cerillito”, ambos reímos y a los poco minutos nos separamos.

—Pero ya enserio, ¿a qué hora cerramos hoy?—

—A las 7:00 pm, osea dentro de 43 minutos—

Ella comenzó a quejarse nuevamente, pero no duró más de 2 minutos gracias a qué comenzaron a llegar unos cuantos clientes que nos mantuvieron un tanto ocupados hasta la hora de cierre.

Perfecto, otro buen día de trabajo sano, sin ningún problema.

Hasta ahora...

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Hola mis amores, ahre.

¿Que tal su día?

Bueno, pues aquí les traigo otra nueva actualización de esta maravillosa historia, espero y les haya gustado.

Me encantaría leer sus dudas, opiniones, críticas constructivas y recomendaciones si es que las tienen.

Eso a sido todo por el día de hoy, no olviden dejar su 🌟 y sus comentarios.

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¡LOS AMO! ♥️✨

Adriana 🚀🌼✨