El día de hoy y se podía decir que todos mis días eran ajetreados desde que mis trabajos se relacionan con Junkrat. No es mal cliente, dentro de que me paga el para qué usa mis artefactos no me incumbe o "afecta". Mi nombre cambia mucho pero todos me apodan T/N, fabrico explosivos al mejor postor.
Hace escasas horas que otro de mis negocios fue cerrado exitosamente y yo volvía por los callejones esquivando ruinas, montones de basura, restos metálicos y fogatas a medio consumir. Al escuchar una explosión a varias manzanas de distancias empiezo a correr, conozco lo suficiente mis armas como para distinguir el rango de daño o incluso la forma. Mis pasos avanzan casi sobrevolando el suelo, con unos guantes mis manos se pegan a la pared del edificio y me permiten avanzar hasta entrar por una ventana abierta en el tercer piso. Aquellos guantes eran muy útiles pero a veces me causaban problemas "cómicos". Antes de terminar de entrar a cuerpo completo en la habitación un proyectil roza mi cabeza.
-- Demasiado cerca. -- pensé al retirarme con prisas. En aquel lugar no hay apenas nada, un armario, un colchón destrozado y mi equipo de trabajo. Abro el armario retirando el falso fondo, las puertas se cierran tras de mi. Ahora con un poco de tiempo busqué mis explosivos, el idiota de Junkrat se los había llevado todos y lo que me dejó son unas bombas de pintura, ni en el lugar más remoto esto iba a servir contra un sujeto armado y peligroso.
Me coloqué cerca del marco de la ventana y arranqué un par de tablas para poder colarme por ellas. En la otra habitación se escucha el crujir de la madera podrida bajo los pies del agresor, intenté saltar cuando las tablas caen pero una flecha me atraviesa la palma de la mano atrapándome entre el abismo y mi atacante. Este es un hombre de pelo largo recogido en una coleta, alto, complexión física cuidada y de ropajes exóticos. No me sorprende ese hecho, a fin de cuentas la guerra afecta mundialmente y tampoco me distraje a pensar o deducir de donde había salido.
Mis gritos inundan la habitación mientras forcejeo para sacar la flecha de mi mano o el marco, lo que ocurriera primero me salvaría la vida. El hombre me sigue mirando fijamente y vuelve a apuntarme con el arco dispuesto a no fallar.
-- Ryu ga waga teki o kurau! --
Desconozco dicha lengua aunque la imagen de dos dragones emergiendo del cuerpo masculino resultó lo suficientemente espectacular y aterradora como para no dejar de mirarlos. Aquellos dragones avanzan siguiendo la estela de la flecha; algo se interpone entre las flechas y mi posición. Este, ser, del mismo modo invoca un dragón de tonos verdes que desvían o más bien guiaron a los otros dragones en otra dirección. Ambos me miraron al ver como liberé la flecha de la madera y salté por la ventana.
Escalé hacia arriba tras fingir que caí varios pisos hacia abajo, con una sola mano pobremente llegué un par de plantas por encima de la mía. Rompí una ventana de una patada y rebusqué como loca un botiquín, mi mente paró un segundo al recibir un recuerdo reciente.
Flashback
Mi comunicador vibra recibiendo mensajes entrantes de Junkrat:
- T/N las bombas son geniales, hemos pillado un par de botiquines de tu casa. Roadhog tiene heridas y no me llega sólo con uno. Te lo repondré cuando nos veamos de nuevo.
- ¡Eso puede ser dentro de meses! Más te vale que vengas con suministros médicos cuanto antes o haré que te estalle la otra pierna.
No era una amenaza segura pues no sería la primera vez que días después viene con suministros robados de a saber tu dónde. Aunque mi duda era grave, ¿ cuánto daño recibieron si Roadhog no podía apañárselas solo?
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Herida de Flecha [Hanzo×Tú]
FanfictionSobre los paisajes sumidos en guerra y distracción, una mujer se topa de imprevisto con alguien diferente, de actitud fría y movimientos impecables. Sus posibilidades de salir de allí viva se reducen cada paso que acorta la distancia. ¿La mataría o...