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Los días pasaban y, poco a poco, Bakugou iba acostumbrándose a su nuevo estilo de vida, hace pocos días se había mudado a la escuela junto a los demás de su año, y a decir verdad, fue algo complicado convencer a sus padres para hacerlo debido a pequeños problemas respecto a su raza. Pues, al ser ambos Alfas tenían el instinto de proteger a su cachorro sin importar qué, y era aún peor si este era un Omega y era el único en su aula, ambos no lo permitirían de ninguna manera. Sin embargo, fue con charlas con sus profesores y algunos permisos que llegaron al acuerdo de autorizarlo. Claramente, no sin antes haberle hecho prometer que los iría a visitar los fines de semana y que la academia les diera el permiso de visitarlo por lo menos 5 o 6 veces al mes, especialmente si se encontraban en el celo de este.

Y respecto a las habitaciones, el director le había otorgado a Katsuki una habitación para él solo, donde podría sentirse más cómodo pero sin perderse la convivencia escolar, a diferencia de sus demás compañeros y compañeras que compartían habitación. Tanto los maestros y el director como sus padres eran capaces de darse cuenta de que el rubio se sentía ligeramente incómodo y enfadado con esto, pero lastimosamente era la mejor, más práctica y conveniente medida de precaución que pudieron tomar. La seguridad de uno de los únicos Omegas en su escuela era lo primero, no podían arriesgarse a que le ocurriese algo, especialmente en aquella edad tan hormonal.

Algo desanimado, el rubio se dirigió a la sala principal de los dormitorios, donde se encontraban algunos de sus compañeros a los que, igual que siempre, no les tomó importancia. Se dispuso a cocinarse algo sencillo y rápido, tenía algo de hambre pero no deseaba hacer algo demasiado elaborado. Cuando terminó de servirse, no se percató de la presencia de Kirishima, quien iba acercándose cada vez más.

— ¿Eso es lo único que vas a comer, Blasty? — Preguntó preocupado el pelirrojo, mirando su plato sorprendido.
— No te interesa. — Le respondió, ignorándolo mientras trataba de dirigirse al comedor.
— ¡Comes menos que las chicas! — Dijo, impactado, mientras lo seguía.

De alguna u otra manera, la compañía del Alfa pelirrojo no era del todo desagradable, aunque no lo dijera en voz alta, habían ocasiones en las que se sentía algo solo, y tener a alguien a su lado era algo reconfortante. Kirishima se sirvió algo de desayunar rápidamente y justo cuando ya estaba por terminar, escuchó la voz del Omega.

— Si me quieres acompañar al menos se útil y vayamos a entrenar. — Dijo, a lo que el pelirrojo, muy emocionado respondió.
— ¡Por supuesto!

Después de terminar y lavar los trastes, ambos se dirigieron a la azotea, donde se encontraban las piedras para el entrenamiento. Todo marchaba de maravilla hasta que Bakugou sintió como un familiar golpe de calor inundaba su cuerpo y su aroma se disparcía por toda el área.

— ¿B-Blasty? — Preguntó nervioso Kirishima, al sentir el aroma del rubio más potente que nunca.

"Oh no."

Fue lo único que Bakugou pudo pensar, mientras su rostro se volvía rosa y se sentía cada vez más débil ante las fuertes feromonas del Alfa que estaba con él. Sin embargo, Kirishima fue el Alfa que necesitaba en aquel momento, y con toda la fuerza de voluntad que tenía, se quitó la chaqueta  para ponérsela encima al Omega rubio, con el propósito de que este pudiese al menos calmarse momentáneamente y a la vez para que sus dulces feromonas fueran menos perceptibles para los demás Alfas de la academia.

Una vez listo, tomó un respiro y levantó al rubio en sus brazos para empezar a correr camino a la enfermería, claramente, tratando de evitar respirar para sentir su aroma y caer en sus instintos. Prefería morir asfixiado antes de hacer algo tan poco heróico como marcar a su amigo Omega sin su consentimiento. En definitiva, esto no fue nada sencillo en lo absoluto, teniendo en cuenta la cantidad de Alfas que habían en aquella academia y que él era solo uno, y bueno, Bakugou también, pero él se encontraba prácticamente inconsciente e incapaz de defenderse.

Cuando Katsuki despertó, notó que se encontraba en la camilla de la enfermería, y lo último que recordaba fue que se hallaba entrenando con Kirishima hasta que sintió como su celo iniciaba, por lo que, aterrorizado, giró su cabeza para poder ver su cuello, quedando sorprendido al no ver una marca o mordida en este.

— ¡Al fin te despiertas, mocoso! ¡No sabes el susto que nos diste! — Gritó su madre, haciendo que su cabeza doliera um poco.
— Cállate, vieja. — Respondió el rubio, sosteniendo su cabeza para que el dolor cesase.
— ¿Cómo te sientes, Katsuki? — Le preguntó su padre, preocupado por su cachorro.
— Mejor que antes. — Atinó a responder, volviéndose a recostar.

En aquel momento, un peliverde con aroma a menta ingresó a la habitación, algo agitado, como si hubiera corrido para llegar ahí.

— ¡Kacchan! — Exclamó, casi sin aliento. — ¿Estás bien? ¿Qué te pasó? — Preguntó, más nervioso que de costumbre.
— ¡Que bueno que estás aquí, Izuku! ¿Tú fuiste el que rescató a mi Katsuki, verdad? — Custionó Mitsuki, sonriéndole al muchacho.
— ¿Eh? ¿Qué le pasó a Kacchan? — Respondió con otra pregunta el peliverde, confundido.
— Oh. Es que entró en celo cuando estaba entrenando y la enfermera dijo que un Alfa que parecía ser su pareja lo trajo cargado y yo pensaba que eras tú. — Se explicó la Alfa rubia, mientras le sonreía algo avergonzada al Alfa más joven. — Pero... ¿Quién te trajo entonces, Katsuki?
— El inútil de pelos de mierda. — Respondió el mencionado, dejando a sus dos padres confusos.
— Está hablando de uno de nuestros compañeros, Kirishima. — Tradució Izuku, poniendo la cara más normal que podía. Aunque, por dentro, se sintiera celoso a más no poder. Primero, lo alejaba de su Omega y luego lo cargaba y veía cuando estaba en celo. ¿Qué seguía? ¿Ahora Kacchan aparecería con una marca de Kirishima en su cuello?
— ¡Izuku! — Escuchó la voz de la Alfa mayor, quien al parecer lo había estado llamando, sin embargo, al estar tan sumido en sus pensamientos este parecía no haber entendido. — ¿Puedes acompañar a Katsuki a su habitación? La enfermera dijo que ya estaba bien, pero ya sabes, está en celo, algo le puede pasar si no está contigo. Quédate con él, por favor. — Le pidió, casi suplicando, asustada por su cachorro.
— ¡No decidas sobre mí! — Resondió Katsuki, quien seguía sonrojado, pero ya lucía más recuperado.
— Por supuesto, Mitsuki-san.

Y con aquello, ambos se retiraron de la enfermería, las clases ya habían terminado, pero Katsuki tenía que seguir descansando, el celo de un Omega no era algo que debían tomarse a la ligera. Finalmente llegaron a la habitación del rubio, quien esperaba a que el de ojos verdes ingresara también.

— ¿Realmente quieres pasar tu celo conmigo, Kacchan? Preguntó Izuku, serio.
— ¿De qué hablas, Deku? Siempre lo hemos hecho, ¿no?
— Siento que... No es correcto si a ti te gusta alguien más. — La mirada que el Alfa le dirigió al Omega hizo que este tuviera un escalofrío.
— ¡¿Qué?! No me digas que crees que me gusta el idiota de Kirishima. — Respondió el Omega, incrédulo.
— ¿No te gusta él?
— No me gusta, nunca me ha gustado y nunca me gustará. Es simple.

Tras aquellas palabras, el Alfa cerró la puerta de la habitación de Katsuki, claro, no sin antes haber ingresado. El celo de Bakugou fue aliviado por Izuku, quien se encargaba de cuidar del Omega como su tesoro más preciado.

Después de todo, nada era tan malo.

.

Unos cinco días después, los dos muchachos regresaron a clases. No tuvieron que explicar su ausencia pues los padres de Bakugou ya se habían hecho cargo, explicando la situación entre ellos dos y el método que empleaban para evitar embarazos no deseados.

— ¡Blasty! ¿Estás bien? ¡Estábamos preocupados por ti! — El pelirrojo habló por todos los del grupo, quienes rodearon la carpeta de Katsuki.
— Que sí, pelos de mierda.
— Te extrañamos mucho... — Le dijo Mina, con un pequeño puchero en sus labios.
— Ya cállate, ya llegué y estoy cansado.

Y justo en aquel momento, la campana sonó, dando inicio a la jornada escolar de aquel día. Aizawa, su tutor, se encargó de decirles que harían un trabajo en parejas formadas por él mismo, a lo que la mayoría de los del salón se quejaron.

Fueron algo complicadas de hacer, pues solo había un Omega en su clase y aún más teniendo el tema del que les tocaría exponer a sus alumnos. Fertilidad y embarazo. Un tema que podría resultar algo incómodo para los estudiantes pero que tenían que tocar en algún momento, obviamente más específica que cuando lo trabajaban en la escuela media.

A Bakugou le había tocado hacer pareja con Todoroki, mientras a Izuku, con Uraraka, su amiga Alfa que también parecía estar algo interesada en Katsuki. Pero que a diferencia del de cabellos de dos colores no le mandaba aquellas miradas tan obvias. Cosa que molestaba al peliverde a más no poder.

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⏰ Última actualización: Nov 03, 2019 ⏰

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