Cap 9

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. Without you .

De: Priss

Capítulo IX: I didn't mean to hurt you.

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~ Enana.

~ Imbécil.

~ Loca.

~ Teñido.

~ Zorra, fea...

La pelinegra apretó fuertemente las sábanas ante el último par de insultos.

No le gustaron, de hecho, la lastimaron y lo único que pudo hacer fue cubrirse con las cobijas hasta la cabeza, como si intentase dormir.

Kurosaki supo que se había pasado, pero es que ella era tan desesperante. Como sea, toda la culpa era suya, pues era él quien venía aquí todas las tardes a visitarla, sin que la chica se lo pidiese, es más, la misma Rukia lo rechazó hasta el cansancio.

Era Ichigo el necio que quería verla.

~ Lo siento, yo... no quise decir eso.

~ Largo !.

Kuchiki seguía escondida bajo las cobijas, en una clara muestra de berrinche, después de todo, ella también lo había insultado.

~ ¿Me perdonas?.

~ Baka !.

Rukia finalmente salió de su escondite; un intenso rojo adornándole el rostro.

No entendía por qué siempre se peleaban e instantes después se reconciliaban.

La chica se perdió en los ojos cafés de Ichigo.

Hace dos o tres meses que se conocieron. . .

Ichigo fue al hospital donde trabajaba su padre, le llevaba unos documentos que había dejado en casa. . . fue así como la conoció. . . tropezó con ella en uno de los pasillos del hospital, luego comenzaron a discutir, pero los insultos cesaron cuando ella se dobló ante el dolor en su pecho.

El chico se asustó, creyendo que había sido su culpa, de hecho así era, pues la pelinegra se había agitado.

Para compensarla, la llevó en brazos hasta su habitación, donde Rukia pronto cayó dormida.

Tanto fue el sentimiento de culpa que Ichigo le llevó rosas al día siguiente, sorprendiéndola e iniciando desde entonces una especie de relación. Amigos, pero en momentos parecían ser mucho más.

A Isshin le preocupaba la cercanía de esos dos.

Kuchiki. . . esa jovencita sufría una enfermedad que debilitaba su corazón, hereditaria al parecer, pues su madre y su hermana padecieron la misma y murieron. Además, Rukia no era candidata a una operación. . . no la resistiría.

Lo peor era que no le pronosticaban más de tres o cuatro meses más de vida.

Como sea. Esas discusiones entre los jóvenes se convertirían en una especie de constante en su extraña relación. Cada vez que Kuchiki se enfadaba, el pelinaranja le llevaba flores, más esta vez, Ichigo quiso contentarla de otra forma.

No lo pensó realmente, si lo hubiese hecho, no se hubiese atrevido. . . la besó, fue rápido, pero intenso; pudo degustar el sabor de sus dulces labios, así como la sensación de victoria al sentirla estremecer.

~ Te veo mañana, enana.

La situación cambió bruscamente cuando el muchacho se despidió. Estaba nervioso y un tanto apenado, pero no por ello su corazón dejaba de latir con emoción, así como el de la pequeña Kuchiki, quien se llevó las manos al pecho.

Without youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora