El no me merece.

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Me encontraba en la casa de Barbara, una de mis mejores amigas. Estabamos viendo una película de romance, de esas donde la protagonista termina feliz, y con el novio perfecto. Yo antes era fan de esas peliculas, las veía todo el tiempo, llegue a creer en el amor verdadero y todas esas mentiras sobre el amor.
Hasta que llego Alan, fue amor a primera vista, o eso crei. Al principio todo iba bien, era a amoroso, amable y atento conmigo. El me presento a su familia. Sus padres eran unas muy buenas personas, igualmente su hermana. Yo tambien le presente a los míos.
Al parecer todo era perfecto, como en las peliculas que tanto me gustaban.

Pero un dia comenzaron los celos sin sentido, los gritos, los engaños e infidelidades. Yo lo amaba, lo amaba mas que a mi misma, por eso no veia la seriedad del asunto. Barbara me decia que lo dejara, que me merecia alguien mejor, que el no me amaba, pero yo me negaba a aceptarlo.

Lo peor fue cuando comenzaron los golpes. Me golpeaba en las piernas y brazos, yo deje de usar faldas y shorts para ocultar los moretones. Luego en la cara y cuello, lo intentaba ocultar con maquillaje, pero en mis ojos se notaba el sufrimiento, yo no era feliz, no con el, no cuando me gritaba y me pegaba.

Lo amenaze varias veces con dejarlo, pero el me prometia que iba a cambiar, que le diera tiempo. Mejora un poco, pero siempre volvía a lo mismo. Se volvio en un círculo sin fin.

Una tarde me encontraba en la plaza con Barbara y Adrian, estabamos comiendo helados, cuando se aparecio Alan. El Agarro a Adrian por el cuello y le comenzo a golpear la cara, ni siquiera me miro, no me pidio explicaciones, simplemente comenzo a golpear a mi amigo.

No me acuerdo de todo lo que ocurrio, pero si me acuerdo de que Alan le pego durante mucho tiempo hasta que vino la policia y se lo llevo.

Al parecer no fue la primera pelea que comenzo. Seis meses despues salio de la cárcel.

Pero yo ya habia salido del pais con mi amiga Barbara.

Ahora solo quedan los recuerdos de la pesadilla que viví, y la sensación de vacio en mi pecho.

Yo habia cambiado, ya no era chica de 16 años que se dejo manipular de un imbécil.

Yo era una mujer fuerte, que sabia lo que se merecia, que no se dejaba intimidar de nadie.

Y entonces aprendí que el nunca me amó, yo solo era su premio, su juguete, yo era su saco de boxeo.


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-Aleja

PENSAMIENTOS PLASMADOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora