Pasaban los días y no encontraba una excusa la cuál según yo, tendría que ser la más perfecta para que luego no quiera bajarme del tren como una cobarde.
Noté que esta vez no llevabas puesto los auriculares, ni siquiera estabas tocando el móvil.
Pero... parece que llevabas prisa.
Un chico tropezó contigo y lo miraste mal, incluso lo mandaste a la mierda en un bajo tono, pero aún así lo escuché.
Parece que a parte de llevar prisa, tampoco habías tenido un buen día.
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EL CHICO DEL TREN
RomanceUna chica que de pronto comenzó a observarte, cada movimiento, cada gesto y con cada humor que ibas. A la misma hora del día, en el mismo tren...