Capítulo #3 (Parte 2)

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Ingresé sin pensarlo dos veces. Si seguía dándole vueltas al tema iría a dar media vuelta y saldría corriendo.
Llegué al quinto piso y encontré una puerta abierta, éste debía ser.
Bien, iba a entrar, le pediría a Shawn la rosa, y saldría del lugar inmediatamente.

Se acercó a la puerta abierta y le dió un par de suaves golpes.
Vio a un chico sentado en el sillón de espaldas a ella. Al parecer no había oído la puerta. Ella decidió entrar un poco más, se aclaró la garganta y dijo.-¿Hola?

El chico dio un pequeño salto por la sorpresa, definitivamente no había oído la puerta.

Él volteó a verla, sus ojos denotaban sorpresa pero llevaban un brillo de interés en ellos. Entonces habló y ella simplemente se quedó como hinoptizada.- Hola, que linda sorpresa. ¿Tú eres?-Tenía un hermoso acento, no sabía exactamente de donde, pero era encantador.

Él se quedó viéndola esperando a que respondiera, Kass estaba a punto de responder cuando una voz que ya había escuchado un par de veces antes dijo detrás de ella.-Se llama Kassandra, y viene a visitarme. Así que aleja tus ojos de ella Ethan.

- ¿Porqué tan agresivo, hermanito? ¿De cuando aca me dices Ethan?-Dijo con una voz burlona pero sin quitarme los ojos de encima.

Me sentía en una encrusijada, hinoptisada por la voz y sus ojos, ¡Dios santo!, sus ojos eran hermosos, no eran de un negro cualquiera, eran especiales, tanto que con sólo mirarlos caías en un trance infinito.

- Pues parece que tenemos una reunión familiar.-Dijo el otro chico, el que me había abierto la puerta, saliendo de un pasadiso que se hallaba hacia la derecha.

¿Alguien me explicaba que carajos pasaba aquí? Eran tres chicos, TRES, que estában cómo para comérselos, yo sólo conocía sólo a uno (claro, si haber caído sobre sus piernas se podría llamar conocer), y ¿saben que es lo peor de todo? no salía ni una sola palabra de mi boca, creo que estába congelada.

- Primero, aléjen sus miradas de ella, la están asustando.-Dijo la voz detrás mío, sabía que era Shawn, se sabía mi nombre.

-¿Y cómo irás a obligarnos?.- Dijo el tal Erick levantando una ceja retadoramente y sonriendo de lado con malicia.

Ay no, ésto no iba tan bien que digamos, creo que la idea de salir corriendo iba a ponerla en marcha ya mismo.

Mil gracias a los que han leído la historia, no sabía exactamente cómo seguirla pero haré el intento, la actualizaré más seguido ahora y si pueden compartirla o pedir que la lean se los agradecería mucho, si llega a gustarles algo deanme su voto, es cómo un aliento para seguir escribiendo. Bueno, me despido. >

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