Mi Pequeño Erik 5

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Si Erik hubiese tenido su tamaño normal, probablemente la mente de Charles hubiese estallado. Para suerte del telépata, los pensamientos indignados y llenos de veneno del polaco pertenecían a un cerebro de menos de diez centímetros. Y, aún así, Charles sentía pequeñas chispas estallar: Erik estaba furioso.

"Cálmate, Erik" le pidió con la mente, pues no quería que Hank se diese cuenta lo enojado que estaba el polaco, aunque era bastante probable que lo pensase.

Erik no le respondió, probablemente enfrascado en su odio hacia su mala suerte y la incompetitividad del científico.

-Hank...-comenzó Charles, intentando superar su propia sorpresa.

-Ven, pasa. Pasen. Hablemos adentro.-les pidió.

Ignorando los pensamientos asesinos de Erik, Charles entró en el laboratorio. Una vez que su amigo cerró la puerta, lo miró seriamente.

-¿Qué quieres decir con que Erik no podrá recuperar su tamaño normal inmediatamente?-preguntó más seco de lo que hubiese querido.

-No es tan grave como suena.-comenzó el científico, y de pronto los pensamientos de Erik se intensificaron aún más.

"¡¿No es tan grave?! ¡No será tan grave para ti, gigantón ingrato! Cuando recupere mi tamaño veremos si no era tan grave..."

"Basta, Erik." y fue una mezcla de pedido, súplica y orden.

-¿Podrías explicarte antes de que Erik reviente mi cabeza, por favor?

-Oh, Erik, no te preocupes.-dijo Hank mirando al pequeño. Incluso midiendo diez centímetros, la expresión de furia de Erik le generó un poco de temor.-Les explicaré. La cura está basada en el contenido genético particular de cada sujeto. Ya que la mutación del mutante que los atacó se impregna directamente en las células...

-Hank.

-La cura que hice solo servía para ti.-resumió.- El proceso para otra cura es similar, pero necesitaré material directamente de Erik, y realizar el proceso otra vez. Tenemos a favor no tener que pensar cómo hacerlo, lo que reduce el tiempo, pero no es como si pudiera aplicarle la misma sustancia que a ti. Porque tienen células diferentes.

Charles y Erik sopesaron la información recibida. Ninguno dudaba, en verdad, de las capacidades intelectuales de Hank, y, ciertamente, lo que decía tenía mucho sentido. El problema es que ninguno lo había contemplado, y eso los decepcionaba un poco.

-Entiendo.-dijo al fin Charles, sabiendo que, al menos en eso, Erik y él acordaban.-¿Cuánto crees que tardarás en hacer una nueva cura, apta para Erik?

-No mucho, en verdad.-y sonrió soberbiamente.-Piensa que solo nos llevó un día la tuya y no sabíamos de qué se trataba la mutación. El problema es que...-y parecía un poco incómodo.- se me han agotado ciertos materiales necesarios.-Ante la palidez de Charles, se apresuró en aclarar- No son difíciles de conseguir. De hecho, hoy iba a ir a la ciudad a comprarlos.

"¿Y por qué sigues aquí parado, entonces?" preguntó hoscamente Erik.

-Erik, compórtate.-y sin darse cuenta habló con su voz alta.

Hank se sorprendió un momento, pero luego comenzó a reírse. Los dos lo miraron sin comprender.

-Cierto, Erik al menos puede comunicarse contigo. Pero eso sí puedo arreglarlo.

El científico se acercó a una mesa llena de cosas. Comenzó a rebuscar algo en una pequeña caja, hasta que al fin lo encontró. Cuando se dio vuelta con el pequeño objeto en la mano, Charles no tardó en reconocerlo.

Mi Pequeño Charles//Mi Pequeño ErikDonde viven las historias. Descúbrelo ahora