Capítulo 1: Bajo la máscara

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De nuevo París está a salvo gracias a la superheroína Ladybug, aunque todos echaron de menos a Chat Noir, quien no apareció para apoyar a la catarina como siempre lo hacía, todos se preguntaban dónde estaba el gato negro y qué hubiera pasado si Ladybug no derrotaba a Style Queen. Por ahora sólo podrían hacerse especulaciones y confiar que aquello no se hiciese realidad nunca.

Mientras que la chica del traje moteado esperaba que Chat Noir pronto encontrara su miraculous, puesto que no veía con quien más podría compartir la gran responsabilidad de acabar con Hawk Moth, aunque todos esos akumas habían hecho que pasase unas increíbles aventuras junto a su compañero. No, Chat Noir es más que eso, es su mejor amigo.

Los nervios de Marinette opacan su alegría, está encantada de que Adrien posee con su sombrero, pero teme que no sea tan bueno como le aseguraron que es, aunque su momento es acaparado cuando Gabriel Agreste hace su primera aparición en público y no sólo eso, él está ahí no por ser su pasarela de modas sino por su hijo. Esa definitivamente es la mejor escena que podrían presenciar y la chica no podía estar más feliz por su amigo.

Cuando la pasarela termina, Marinette junto a sus padres se acercan a la familia Agreste y Bourgeois quienes conversan sobre los malentendidos que sufrieron al llegar al evento, teniendo de nuevo a la famosa crítica de moda frente a ella.

—Este sombrero no es un Gabriel Agreste, ¿eres tú la responsable de esto? —Marinette nerviosa mira a sus padres, quienes le dan su voto de confianza.

—Con orgullo —dijo Adrien animándola a responder.

—Pues sí, yo soy quien lo ha diseñado —responde Marinette con evidente nerviosismo al tener a dos grandes diseñadores frente a ella.

—Marinette ganó un concurso de diseño de moda —explicó Gabriel Agreste.

—Esto es lo más... excepcional que he visto nunca. Eres una visionaria Marientte, se acabaron los brillos a partir de ahora se llevarán las plumas. No sentía tanta emoción desde lo tuyo —terminó Audrey mirando a Gabriel.

—Tiene mucho talento —concordó Gabriel.

—¿Te gustaría dedicarte a la moda? —preguntó Audrey a la chica de coletas.

—Ah, sí señora.

—Pues acompáñame a Nueva York. Tú nombre será famoso en el mundo de la moda seguro que hasta superas a Gabriel.

—Yo podría ser tu modelo —agregó Adrien emocionado.

—Estaremos contigo cariño, decidas lo que decidas —apoyó su madre.

—Mi helicóptero sale hacia el aeropuerto está noche a las 8 —dijo Audrey.

—No es genial para Marinette, ¿Chloé? —aunque Adrien no lo hacía con maldad eso provocó la ira de la rubia, quien ya no soportó tanto halago hacia Dupain-Cheng y los desaires de su madre, como una niña pequeña salió del lugar a grandes zancadas con su padre siguiendo sus pasos.

Mientras los padres de Marinette conversan motivados sobre venderles pan de los Dupain-Cheng a los americanos, tantos planes que comenzaban a formularse en sus cabezas, incluida la de Marientte. Entonces de manera involuntaria llevo su mano a la bolsa que siempre carga con ella, donde su kwami se esconde y los pensamientos comenzaron a abrumarla. Ella no podía irse, le había prometido a Tikki que la ayudaría a conseguir el prodigio de la mariposa y si ella no estaba en París, entonces Ladybug no podría liberar a los akumas y todo sería un caos.

—¿Qué dices Marinette? —cuestiono Audrey dando un paso hacia ella.

—Yo... es mi sueño hecho realidad. —Comunicó la chica—. Pero... yo no puedo irme.

Combatientes: Una historia de héroesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora