1. Oportunidad fugaz

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P.V: Alice

El Rey Brasvok anunció su llegada a la residencia de invierno unas horas antes de lo previsto, por lo que la Guardia Real tuvo que apresurarse. Aguardamos en la gran puerta de hierro en posición, yo encabezando las cuatro filas de caballeros, enormemente orgullosa de representar mi puesto.

El Rey se dirigió a mí con actitud decaída:

-Rey: Alice McKlein, debo comunicarte una terrible desgracia, acompáñeme a la sala de estar si quiere conocer los detalles.

-Alice: Sí, señor.

Una vez estuvimos allí dentro, el comarca me reveló el terrible problema.

-Rey: La pasada noche, hubo un altercado en la aldea fronteriza.

-Alice: ¿Fueron hombres de Wallum los que atacaron?

-Rey: En efecto -suspira- he perdido muchos soldados.

-Alice: Deberíamos buscar nuevos reclutas -propuse-

-Rey: Serás la encargada de ello.

-Alice: ¡Pero señor! ¡ Ese es el trabajo de un paladín! -reproché-

-Rey: Es una orden -dijo con firmeza-

Acaté su palabra en silencio y viajé por todas las aldeas del reino en busca de fieles ciudadanos dispuestos a empuñar un arma por su patria. Los muros se llenaron de carteles de reclamo en apenas unas semanas.

Cartel

Buscamos reclutas para unirse a la armada del rey.

Salario mensual: 5.000 galines

P.V: Yuna

Eran las 10 de la mañana cuando me encontraba en la armería, rodeada de preciosas espadas, arcos, dagas y hachas de distintos metales que brillaban con elegancia, entre mis manos, un precioso arco de madera tallada.

-Yuna: Ya casi está terminado -dije orgullosa-.

Agarré unas flechas de metal que vi en la estantería cuando, acto seguido, mi padre bajó de la alcoba y me miró sonriendo.

-Padre: Veo que ya estás hecha toda una armera -dijo premiandome-.

Esbocé una sonrisa y me levanté dirigiéndome a la puerta.

-Yuna: Te toca encargarte del negocio -salí fuera echándome el arco a la espalda-

-Padre: Como siempre... -murmuró mientras rascaba su larga barba-

No dió lugar a que me alejara mucho más hacia las afueras de la ciudad cuando ví a un caballero de la corte real colgar un cartel en la gran plaza central del pueblo. Me apresuré a acercarme a leer este.

-Yuna: 5.000 galines... -murmuro y me giro hacia el caballero el cual comenzaba a alejarse- ¡perdone! -acercándome a él- ¿donde puedo presentarme voluntaria?

-Caballero: -se giró a verme- Cada día a las 6 de la tarde, vendrá un fiel a recoger los nombres de las personas voluntarias, deberán demostrar sus cualidades frente al rey en los campos de entrenamiento del castillo.

-Yuna: Gracias por la información -me alejé rápidamente de allí, volviendo de nuevo a casa para contarle todo a mi padre-

Entré en la armería jadeando y le encontré allí sentado, puliendo una preciosa daga.

-Yuna: ¡Padre! ¡Encontré la manera perfecta de conseguir dinero! Podremos seguir adelante -le dije feliz por aquella noticia-

Mi padre me miró esperando a que hablara.

-Yuna: Me presentaré voluntaria para la armada del rey, están buscando reclutas -dije un poco más calmada-

-Padre: Ni hablar -dijo firme- no puedo permitirme perder lo único que me queda.

-Yuna: No moriré padre, me crié aquí -miro a mi alrededor- sabes que soy habilidosa con las armas, es nuestra oportunidad -insistí-

-Padre: ¡Yuna! -se levantó airado-

-Yuna: ¡No me lo impedirás! -salí de allí y cogí mi caballo para salir a las afueras de la ciudad-

Cabalgaba mientras el viento agitaba el negro pelaje del caballo y mi larga capa. Estoy dispuesta a entrenar toda la mañana y tarde hasta las 6, conseguiré entrar. Lo sé.

Keram contra Wallum: Sangre derramadaWhere stories live. Discover now