We Found Love(UCW4) ||Sebastian Smythe

5. Club de honores

Alrededor de las cinco ya había terminado de desempacar y acomodar todo en su dormitorio, estaba exhausta así que decidió tomar una pequeña siesta antes de la cena.

Los golpes contra su puerta la despertaron, le tomó mucho tiempo reconocer donde estaba. Se puso sus pantuflas medio dormida todavía y abrió mientras se frotaba los ojos para espantar el sueño.

Un sonriente George bien arreglado estaba frente a ella.

-Hola, hermosa - le dio un pico en los labios.

-Hola - sonrió, todavía somnolienta.

-Tenemos un banquete de bienvenida, así que trae tu abrigo y vamos - casi le ordenó.

Gruñó en protesta y ambos se metieron a la habitación sin cerrar la puerta.

-Estaba teniendo una siesta muy buena - refunfuñó mientras buscaba un par de tenis.

El rubio soltó una pequeña risa y se sentó al borde de la cama.

-El banquete de bienve...

-¿Gerald y Lexington?

Ambos muchachos se giraron hacia el dueño de la voz, un chico de cabello negro profundo, esbelto y de ojos azules estaba en la puerta.

George luego de algunos segundos se levantó y caminó hacia el desconocido.

Lily pudo notar que el extraño era casi tan alto como su novio.

-¿Si? - habló el rubio.

-Tengo esto para ustedes - sacó un sobre blanco de su elegante saco y se lo tendió - Quise venir a entregárselo personalmente - dijo con una sonrisa suspicaz y les dio una profunda mirada a ambos.

George recibió el sobre y lo observó. Lily por su parte siguió mirando al raro chico.

-Mi nombre es Austin Goldsmicht - habló nuevamente llamando la atención del rubio- Presidente del club de honores de Trinity

-George Gerald - se presentó sonriente y se tendieron las manos- Ella es mi novia, Lilianne Lexington

-Un placer - pronunció el pelinegro.

-Hola - saludó con sequedad la chica.

-Fue un gusto conocerlos, espero verlos pronto - dijo más como afirmación que una sugerencia.

El esbelto muchacho se fue con agraciados movimientos, dejándolos al fin solos.

Ambos se miraron.

-Eso fue raro - pronunció la chica- Cierra la puerta, no quiero más chicos creepies en mi habitación

El rubio hizo caso mientras reía.

Una vez con los zapatos ya puestos se sentó en su tocador y empezó a maquillarse. Quería algo natural pero que la hiciera ver bien.

Mientras terminaba de cepillarse el cabello pudo ver a su novio que revisaba la carta que el raro chico le había entregado.

-¿Qué dice? - preguntó con desinterés mientras se hacía un lindo peinado.

-Es la invitación para una reunión del club de honores, es mañana - le respondió, sin dejar de ver la carta- Debemos ir - declaró mirándola sonriente.

Miró fugazmente el reflejo de su novio antes de aplicar gloss en sus labios.

-Preferiría empezar las clases antes de  estar en algún tipo de grupo social - dijo sin dejar de arreglarse-Además, estoy segura que sólo buscan fama o algún tipo de reconocimiento.

-Quizás, pero será divertido - dijo el rubio con su típico optimismo sonriéndole.

-Bueno

Una vez ya estuvo lista ambos salieron hacia el salón principal tomados de las manos. Ahora habían menos estudiantes a comparación que cuando llegaron, una vez entraron al comedor ambos echaron una rápida mirada al lugar antes de acercarse hacia la sección de comidas.

Todo lucía digno de un banquete y se notaba muy apetitoso.

-Tengo la impresión de que estás hambriento, querido - pronunció graciosa la chica mientras veía la gran cantidad de comida que el muchacho ponía en su plato.

-Un poco - admitió sonriente-Además no puedes negar que todo huele fantástico - dijo relamiéndose los labios.

-Quizá, pero nada se compara con la comida que me preparaba Maali

-¡Oh, vamos, cariño! -exclamó George con brillo en su mirar- Todo huele delicioso, no puede estar mal- dijo y le besó la frente- Mira, incluso hay albóndigas, tus favoritas 

Se tomó un tiempo mirando al rubio antes de sonreírle pero sin mostrar dientes.

El chico le devolvió la sonrisa, y sin dejar de ver sus ojos verdes, volvió a su cabeza la misma pregunta "¿Qué estará pensando?" siempre tenía esa duda cada que ella lo veía de esa manera.

-¿George?

La voz de su novia lo volvió a la realidad.

-¿Si? - preguntó.

-¿Está todo bien? - cuestionó viéndolo preocupada.

-No puede estar mejor, cariño- respondió sonriente.

Rieron un poco y luego fueron a buscar un lugar donde sentarse.

Las mesas eran rectangulares con alrededor de 15 sillas por cada una. Todos los estudiantes estaban charlando, comiendo o admirando la finura del salón, muchos lucían impresionados por tan elegante decoración, pero a Lily no se le impresionaba fácil.

Pudo notar ciertas miradas curiosas hacia George y ella, claro, tampoco era muy fácil pasar de desapercibida cuando eres hija de un magnate tan reconocido como lo era su padre. Sin mencionar de todos los escándalos que había pasado hace un año atrás cuando fue vista con George en un lago, mientras era novia de en ese entonces su ex, Sebastian. Recordar le produjo un escalofrío.

Miró a George, pero el rubio estaba más ocupado buscando una mesa.

-¿George, Lilianne?

Ambos giraron, encontrándose con un joven muchacho de cabellos castaños y ojos verdes.

-¿Si? -preguntó el rubio.

-Austin Goldsmicht, me ha mandado a invitarlos a cenar con él, en la mesa de honores -recitó con nerviosismo en la voz.

-Oh, entiendo, ¿cariño, te apetece ir? -le preguntó George con una amplia sonrisa.

Ambos muchachos la miraban esperando una respuesta. Apretó los dientes, sabía que esperaban un "si"

-No veo porqué no -respondió con una sonrisa falsa.

-Entonces, si tuvieran la amabilidad de seguirme - pidió el muchacho con una sonrisa algo rígida.

George y Lily intercambiaron miradas mientras seguían al desconocido chico.

Cruzaron el salón tras del chico, hasta que quedaron frente a una mesa llena de personas vestidas de manera casual pero de ropa muy fina.

-Oh, gracias Cameron - dijo Austin en cuanto los vio llegar. Estaba sentado en la cabecera de la mesa.

Cameron pronunció un suave "no fue nada" mientras se sentaba en una de las sillas vacías.

-Lilianne, George - los saludó sonriente- Tomen asiento

-Oh gracias, Austin - agradeció el rubio y se sentó, justo a la derecha del chico.

Lily se sentó en el sitio vacío que estaba a la izquierda de su novio. Le fue inevitable no ver a todos los demás estudiantes que estaban en su mesa.

Tenía un mal presentimiento y este no estaba del todo equivocado...