- ¿¡Enserio?!, ¿¡Otra vez ese recuerdo?! - Pregunté a mi misma, a mi mundo y a mi mente, exaltada y ya con un poco de desesperación en mi tono.
Estaba ya algo enfadada con esa situación. Esos pensamientos me hacían sentir algo... culpable si se podría decir. No es por nada que hizo, o si, ni siquiera lo sabía. Pero después de ese momento, de ese día, de ese menos cuarto de hora que estuvieron juntos como todos los días anteriores, no volvió a ver más ese chico.
Lo recordé en ese momento como otro flashback pero despierta. Lo esperé todo el recreo, todo el horario, en la salida, todos los días. Cada momento estaba convenciéndome a mi misma que llegaría tarde, luego... que no tenía tiempo. Hasta que un día uno de los profesores, mas bien una mujer, decidió practicar mi voz los ratos libres ya que había descubierto un tono de voz que, con práctica, podría llegar a ser un buen Soprano en un futuro.
En ese momento, ese cuarto, el salón de Música, se convirtió como en un refugio de el abuso escolar que pasaba en esos años. Pues, después de que el se fuera, había empeorado notoriamente en esos momentos. Alomejor solo fue cosa mía, y al no tener a nadie a mi lado después de que si lo hubiera me hizo sentir peor de lo que ya me sentía, además de mi manía de controlar hasta aguantar mis sentimientos.
En las horas pasadas de comedor... Bueno, era el peor momento de todos. Recordé como mi corazón se me encogía cada momento que llegaba esa hora. No sabía como pasaba, pero en un momento, por muy cuidadosa que siempre fuera con el momento, con el lugar, incluso con si lo que llevaba podría protegerme o no, terminaba siendo todo igual.
Aveces, era maltratada, era rodada en la pared, en resumen siempre llegaba llena de moratones. Pero la cosa tornó a peor de mayor.
Pues... Mi cuerpo creció, yo misma crecí. Y la verdad, no se porque, pero todas las chicas de mi alrededor estaban deseando ese día, aunque a mi me daba absolutamente igual, no me importaba mi aspecto. Pero, luego me arrepentí de empezar a desarrollarme tan rápido.
Los últimos meses de sexto... esa si que fue una de mis malas experiencias en toda mi vida. Un cosquilleo en mi espalda, exactamente por toda mi columna vertebral pasó haciendo que me cubriera de cuello hacia abajo vagamente con la sábana.
Ellos, exactamente y desgraciadamente si, chicos en general, empezaron a acosarme de una forma más que hacerme moratones y heridas. Algunos me acorralaban, intentaban tocarme partes indebidas del cuerpo, y aunque casi nunca llegaban, cuando si, aunque fuera solo una caricia porque me negaba rotundamente, se sentía horroroso. Lo único que quería era llorar cuando pasaba, cuando conseguían amarrarme con sus manos, cuando eran demasiados como para resistirme por la fuerza.
Ese chico... Fue la única persona que me quiso dar, al menos, un menos cuarto de hora cada día de felicidad. Que se fuera fue cosa del destino. Supongo que mi hilo rojo... Ni ningún hilo blanco estaba con él. Pero siempre le agradecí por las noches todo los recuerdos que me dio.
Y llegué... a primero de instituto. Una nueva escuela, una nueva vida por la que empezar de cero. Y esta vez no cometí mi error de ser yo. Cambié las personalidades que tenía como me convenía, haciendo que al menos no me hicieran tanto daño ni me volvieran a manosear o maltratar como antes lo hacían. Era una persona distinta. Por dentro mi ser gritaba que no era así, que no me gustaban esas conversaciones, que soy una persona mas sensible y que no quiero lastimar a nadie incluso si ellos empiezan una pelea de gallos. Pero tenía miedo...
Y mi miedo y esas personalidades seguían estando allí. Y la verdad, la cosa de una estudiantes, ''normal'', es muy aburrido... todos los adolescentes de mi edad solo piensan en los fines de semana, en crecer más rápido, aunque en lo último yo también lo quiero, pero ellos se refieren para tener... O para experimentar relaciones sexuales o llevar cosas provocativas y salir de fiestas mientras van de botellón ilegalmente.
ESTÁS LEYENDO
El Final Del Hilo [His. +12]
Romance- ¿De nuevo ese sueño?.. - Un mes con el mismo sueño, o más bien recuerdo viniendo una y otra vez en mi cabeza cada vez que duermo. Ese chico, no se, nunca me había pasado, simplemente un día lo superé. Pero... Últimamente no puede salir de mi cabez...