Probablemente no olvides mi nombre...

Cuenta cuentos

La luz entraba por una pequeña abertura de la cortina en su habitación, a su alrededor la oscuridad se desvanecía tomando color a los objetos posados en el mismo lugar de siempre y teniendo la misma decepción de su celular cada mañana, levantarse antes de la alarma era horrible y bueno a la vez, pero horrible.
Arrastrándose a gatas para salir de su cama, miraba el suelo con una sonrisa maliciosa en su mente.
"Bien Tanya, ahora deja tu maldita pereza para más tarde y sal de tu querida cama" — pensó, aunque sus gestos no tenían la misma reacción, así que terminó rindiéndose de su actitud positiva encogiéndose de hombros, salió directo al baño apenas abierto los ojos para ir a ducharse.

Ya eran las 08:00 am cuándo llegó corriendo a la entrada de la biblioteca, había prometido estar allí a los niños del jardín para leerles los cuentos, si muy cariñosa ya lo creen.

"A ver cerebro... ¿Porque corremos cuándo tenemos tiempo de sobra...? Oh si claro, Demyan. Pff"

Cada vez que había una visita de instituciones juveniles o infantiles estaba encargada de leer los cuentos a los niños que llegaban, que por cierto no era molesto, tampoco divertido, pero si entretenido. Sólo que esta vez tenía que ir a otro lugar, un centro, que por lo cual era necesario estar preparada. Su temprana llegada era gracias a Dem, que había apodado así a su rival, no quería que la pasara a buscar, y su acto de rebeldía era evitarlo. Había algo en ese chico que odiaba dejarle tener la razón, por lo tanto terminaban discutiendo por todo y refutándose entre sí, esto ya duraba 3 años consecutivos con este patán. De ser sincera, esta fue la mejor presentación de su novio, Dem.

— Ya veo, así que si sabes el camino, me alegra que no te hayas perdido.

Su sonrisa pícara hizo que casi le lanzara alguna piedra en la cabeza, o mejor todavía, aventarlo desde un puente al precipicio. En realidad este pensamiento la relajó por completo y entró al lugar sin dirigirle la palabra. A lo cual el idiota de Dem no tardó en hacer su jugada siguiéndola por detrás y detenerla tocando su hombro.

— Esta bien, esta bien... no fue mi intención... creo.

Jaque. Una divertida satisfacción recorrió dentro de su cuerpo, por alguna razón le complacía este momento, pero no podía declarar la victoria, aún no, ya que en cualquier momento el tablero podía cambiar de posición, y no quería perder esta ventaja. En parte no quería mirarlo, ya que de seguro estaría con la cara de perro chiguagueño para que la ablandara, maldito, sabe también cómo jugar con fuego.
Así que resignada se volteó lentamente para encararlo, "¡Justo cómo pensaba! Su cara de perrito faldero". Ustedes se preguntarán cómo demonios terminé estando con él, yo podría torturarlo, mientras que él se reiría de mis pensamientos, ¡Cómo si fuera incapaz! Pero tenía todo a su favor. Ya que nuestra relación, sólo era una apuesta por un tiempo determinado.
Realmente no era una princesa, la verdad no sé qué ganaba estando conmigo, y yo no sé por qué me negaba a dejarlo ganar.

— Mi intención es dejarte en plena calle y que un avión te caiga encima — desvío la mirada, no quería perder su juicio tan rápido. — pero tengo cosas más importantes que hacer que lidiar eso contigo.

— Tan tierna como siempre. ¡Esa es mi novia! — los hoyuelos en su sonrisa aparecían cada vez que lo maltrataba, creo que su absurdo pensamiento era que mientras más lo humillaba, más podría enamorarme de él. Aunque, eso no iba a pasar, de eso estaba segura. — entonces... ¿Vas a ir? — su ceja levantada me causaba cierta intriga, debía aceptar las proposiciones de su dichoso novio, ah pero no cualquiera, Dem no era nada feo, sus ojos dorados, pelo castaño, y ya es decir mucho que pertenecía al equipo de basketball en nuestra universidad, por lo tanto, había un montón de chicas con hormonas calientes detrás de él, su popularidad era demasiado para mí. A diferencia de yo, una estudiante normal que le gustan los libros, comida y animes. Algo no encajaba en esta ecuación, y menos en nosotros dos. Me hubiera gustado que Dem le gustara alguna de esas chicas y así podría estar en paz de una vez por todas y renunciar a esta apuesta.