-Genya,no seas caprichoso...-La voz femenina captó la atención del rubio,quien se encontraba haciendo su compra semanal.
El cabello recogido y sus gafas normales le hacían ver como un civil más.
Hizashi llevó su vista a la muchacha,quien era bastante más bajita que él,con un bebé en su carrito.
El bebé,hacía murmullos disconformes ante la actitud de su madre,quien trataba de hacer la compra de la mejor manera económica para su bolsillo.
-Ah...¿Debería coger esta leche,o me quedo con esta?-Se preguntaba observando ambas botellas.
Hizashi,quien llevaba un simple cesto,se paró a su derecha.Nunca antes la había visto,pero se notaba que era japonesa.
Sonrió inconscientemente al ver lo concentrada que ella se encontraba.Murmuraba cosas mientras trataba de decidirse por que alimento debería quedarse.
Su bebé,el cual aparentaba no superar el año,se removía en su carrito,dejando caer su chupete cada dos por tres,buscando la atención de su madre.
-¡Genya!-Gruñó la joven,colocándole de nuevo el chupete en la boca a su bebé.
"So cute~" pensó Hizashi,completamente distraído.
El rubio escuchó a la castaña suspirar,y tras decantarse por la leche más barata,comenzó a moverse a través del pasillo,siendo perdida de vista por el héroe.
Hizashi suspiró.¿Era normal que alguien tan joven como él tuviera envidia de aquella muchacha?O mejor dicho,¿envidia del posible padre de aquella criatura tan adorable?
Hizashi poseía actualmente 28 años y no podía estar más deseoso ante el tema "amor" y "familia".
Él era un hombre cariñoso y sentido,romántico aunque bastante pesado en algunas ocasiones,aún así,tenía una cosa clara;ninguna mujer aguantaba con él más de una semana.
Había intentado ser más callado,o incluso menos romántico,pero de poco le servía.
Siempre era lo mismo.
Conocía a una chica,la chica aparentaba estar enamorada de él,dormían juntos un par de noches y el resto es historia.
¿Tan difícil era encontrar a alguien que en verdad lo quisiera y respetara tal cual es?¿Con sus virtudes y defectos?¿Tan difícil era poder compartir su vida con alguien?¿Dedicarle canciones en su show nocturno?Realmente,¿era tan complicado?
Hizashi suspiró,abrumado por sus pensamientos,pues creía que ya los había dejado atrás hace meses.
Tras llenar su cesto con cosas imprescindibles y más de una bolsa de comida rápida para emergencias,se acercó a la caja,donde nuevamente,aquella muchacha se encontraba junto a su bebé.
Sus manos se encontraban ocupadas pasando todos sus alimentos en la cinta,mientras el bebé llamaba la atención de mas de una persona en el lugar,haciendo ruido con un pequeño sonajero.
-Genya...-Murmuró nuevamente su madre,logrando hacer reír al bebé,satisfecho,como cada vez que su madre lo miraba o simplemente decía su nombre.
Los dedos índice y pulgar de la mujer tomaron la sonrosada mejilla del bebé,que pronto dejó caer su chupete para reír a carcajadas ante las caricias de su madre.
-Que lindo es.-Murmuró Hizashi,sobresaltando un poco a la castaña.-Ah,lo siento,no quería asustarte.-Se disculpó,rascando su propia mejilla con una sonrisa nerviosa.-No he podido evitar fijarme en tu bebé,es un niño muy guapo.¿Cuánto tiempo tiene?
-Acaba de cumplir siete meses hace tres días.-Sonrió la mujer,llevando un mechón de su cabello tras la oreja,claramente nerviosa por la aparición del rubio.
-Son 4231,15 yenes,señora.-Habló la cajera,llamando la atención de la muchacha,quien entregó su tarjeta de crédito,y ahora observaba por el rabillo del ojo,como aquel rubio de ojos verdes hacía muecas graciosas a su pequeñín.
Inconscientemente sonrió,sintiendo sus mejillas arder al escuchar la escandalosa risa de su bebé,que también robó una pequeña carcajada al rubio.
-Gracias.-Dijo al recuperar su tarjeta,metiendo su monedero de vuelta en el bolso.
La peor parte de salir de compras era llevar al bebé y las bolsas al mismo tiempo,sobre todo si aquello ocurría tras una mudanza.Suspiró,dejando su hueco al rubio,quien seguía embobado con aquel niño.
-Enserio,tiene un hijo precioso.-Añadió el rubio cuando supo que ya era el momento de la despedida.
Un leve dolor en su pecho se hacía cada vez mayor.¿Se volverían a ver otra vez?
-Muchas gracias.-Agradeció,sonriendo amable.-Realmente se le dan bien los niños,pocas personas hacen reír a este pequeño a parte de mi.-Añadió,guardando las bolsas que no eran pesadas en la parrilla de debajo del carrito.
-G-Gracias.
Con una sonrisa y un movimiento de mano,ambos se despidieron,siendo conscientes de que probablemente no volverían a verse.
¿Por qué su padre no podía ser como aquel rubio?¿Por qué Genya tenía que crecer sin una buena figura paterna?Su equivocación al escoger a su ex pareja le había costado ser madre soltera a la corta edad de 20 años.
¿Acaso era tanto pedir un hombre que la quisiera y respetara tal cual era?Al parecer si,lo era.
De todas formas,ella estaba feliz con su decisión,y aunque se le hubiera complicado bastante la vida a causa de ser una madre tan joven,no le había faltado el apoyo de nadie,siendo arropada por su familia,y también por sus amigos,con quienes actualmente compartía apartamento.
La noche cayó pronto,y tras terminar con todas sus tareas ambos se prepararon para el duro lunes que se les echaba encima.
Ambos cayeron sobre su respectivo colchón,y tras soltar un enorme bostezo,se durmieron,no sin antes volver a pensar en el contrario antes de,finalmente,caer en los brazos de morfeo.