「Capítulo 3」

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Momo empezó a odiar a la corporación asociativa de vampiros por no dejar a nadie vivir como quisieran.

Dahyun empezó a odiarse así misma por haber dejado que Momo se metiera en su corazón.



Ambas chicas estaban apunto de salir a visitar al diablo — Como solía decirle a Momo a la princesa vampiresa Jieun —, Dahyun estaba realmente nerviosa porque debía hacer que Momo pareciera un vampiro, pero era necesario que fuera con ella, ya que Sana —una amiga muy cercana a Dahyun y parte de aquella corporación— descubrió a Momo a través de una llamada telefónica hecha a Dahyun, donde de fondo su voz se hizo presente. Ahora debía hacer algo para que nadie supiese que Momo era humana y el alma gemela de la coreana.

Dahyun tampoco podía dejar de ir porque aquello era de suma importancia. Cada cierto tiempo se determinaba un nuevo monarca, sea un vampiro puro o no. Cada vampiro tenía todo su derecho de optar por la opción a ser el siguiente gobernante. Pero era la sangre de este el cual determinaba si realmente era digno del puesto. Todo vampiro sin importar la creencia que arraigue tiene como propósito ser el elegido. Dahyun no podía perder esa oportunidad.


— Con este aerosol olerás como uno de nosotros. — Dahyun seguía con el cambio en Momo colocándole alguna que otra loción para que el olor de su sangre no fuera perceptible ante los agudos sentidos de algunos vampiros. 


— ¿No será peligroso que vaya contigo? — Momo preguntó. Y es que, Dahyun olvidaba algo. Explicarle con claridad algunas cosas importantes, pero prefería evadirlas para no ponerla en peligro.


— No. — Mintió ella mientras colocaba algo de maquillaje en la piel de Momo para que esta tuviera un aspecto mucho más pálido. Una piel pálida quizá los distraiga un poco. — Se me olvidaba, si te ofrecen alguna bebida no la aceptes.


— Sería una mala educación, Dahyunnie. — Momo dijo con un puchero adorable en sus labios. Dahyun no pudo menos que controlar sus impulsos para no besar aquel adorable mohín. Pero falló, siendo Momo sorprendida por los labios ajenos saltando un poco en su asiento.


— Solo haz lo que te diga. Estoy segura que Sana querrá ser la primera en saltar encima tuyo. — Dahyun dijo terminando de arreglar a Momo. 


Luego de un rato emprendieron viaje a un lugar escondido en Seúl algo alejado de la ciudad que realmente conocen. Momo pudo divisar el gran castillo y no era tan espeluznante como se lo imaginaba. El Diablo sí que vivía como rey —en este caso como princesa, y, una chupa sangre —. Dahyun se bajó del auto junto a Momo quien estaba algo sorprendida y no dejaba de mirar a sus alrededores inspeccionando.

Ambas entraron y efectivamente la reunión había empezado, nadie notó la presencia de ninguna porque estaban más que concentrados en las peticiones nuevas que tenía el pueblo. Dahyun notó a Sana que estaba sentada con dos sillas a su lado y se acercó a ella.


— Llegas tarde... — Reclamó Sana en un susurro cuando Dahyun tomó asiento junto a Momo. — Debes ser Momo, un gusto. — Sana respingó la nariz y le sonrió, Momo hizo lo mismo. Ni siquiera notó que era mortal.

Piel pálida  淡い肌「Dahmo」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora