XXIII.

246 9 0
                                    

Ya más tranquila, me separé de él y seque mis mejillas y mi rostro. Así que sin más voltee a verlo.

— Tranquilo, no es... importante. Por cierto ¿Qué haces aquí el día de hoy?

Me puse de pie y el hizo lo mismo, al momento veo como este se voltea rápidamente y pude notar un leve sonrojo.

– ¿Por qué tu blusa está rota?

Me fijé más en mi misma y el saco que traía antes ya no estaba. Parece ser que lo perdí, que vergüenza.

— A-ah eso, solo... sin darme cuenta la jalé de más y la rompí.

– No deberías de ir así por las calles – veo como se quita su sudadera y me la da – ponte esto, por favor.

Le hago caso y me la coloco, a decir verdad me quedaba un poco grande y holgada pero era bastante calentita.

– Por cierto ¿Cómo está Sunmi? Ya no le pude marcar o cosas así.

– Ella esta bien, así que no te preocupes. Por cierto  ¿Ya comiste?

— No, aún no. Pero estoy bien.

– No pareces del todo segura ¿Segura que no te gustaría acompañarme a almorzar?

Iba a rechazarlo de inmediato cuando se escucha un fuerte rugido. Era mi estómago y este me estaba delatando. Que vergüenza.

El se río ante eso, después me sonrió.

— B-bien, te acompaño.

.   .   .   .

Llegamos a un restaurante el cual tenia un toque bastante rural pero era hemroso. Nos llevaron a nuestra mesa y nos dieron el menú.

Había una gran variedad de platillos y todos estos se veian demasiado deliciosos, tanto que ya se me estaba haciendo agua la boca.

Estaba a punto de preguntarle a Sehun que me podría recomendar pero pude divisar una silueta, me asomo un poco más y era Jin.

Dios ¿por qué tengo que encontrármelo en todos lados?

Opte por tapar mi rostro con el menú, Sehun lo nota y me mira bastante desconcertado.

– ¿Qué ocurre, ___(T/N)?

— N-no nada, por cierto ¿por qué no mejor ordenamos de una vez.

Sehun me sonrio e hizo caso, le estaba pidiendo cuales me recomendaba para poder saber que ordenar.

Jin:

Iba caminando por uno de los pasillos de aquel restaurante y pude distinguir a ___(T/N) en una de las mesas. Parecía estar acompañada de alguien, era un chico.

¿A cuantos chicos conoces realmente?

Pero por alguna razón él se me hacía familiar, no recuerdo bien en donde lo había visto.

¿Cómo es que estas tan familiarizada con ellos?

— Ahora que lo pienso, ella siempre está rodeada de chicos. Por eso no puedes recordar quién soy ¿cierto? – dije para mi mismo.

De nuevo estaba empezando a sentir una opresión en mi pecho. Pero en eso siento mi celular vibrar, habían publicado algo en la página de la escuela.

Enamorada de mi profesor [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora