Oh querida estrella, mí pequeña estrella.
Brillabas tan lindo, brillabas porque sí.
No eras perfecta, pero sí una estrella
única en tu especie.
No eras la estrella más hermosa del universo, pero aún así con tu inefable belleza, sacaste de órbita a miles de satélites.
Oh pequeña estrella, en ti tal vez no podía producirse vida, y a los extranjeros aún con sus trajes espaciales extinguirse hacías.
Tu tierra era rocosa y fría
Un poco hostil, pero en el fondo aún sentías.
Anhelabas ser descubierta, pero aún así te escondías.
También tenías tu lado oscuro, el cual nadie conocía, siempre hablaban de ti, pero nada más las maravillas.
Pero, oh mí pequeña estrella, dime quién querría hablar lo malo de ti, sí en verdad nadie te conocía, eso ni tú misma lo sabías.
Oh querida estrella, ¿Por qué tuviste que conocerme?
Sé que al final no éramos tan diferentes
Ambos guardábamos misterios un tanto elocuentes.
Pero el universo es así, teníamos que enamorarnos. Estúpido universo, a veces odio ser parte de él, ¿Por qué no sólo pude contemplarte, sino que te arrastré hacia mi?
Oh querida estrella, ¿No era eso lo que querías?
Te enamoraste de alguien equivocado
Yo no la merecía, porque no estaba preparado.
Perdona si alguna vez traté de alejarme, pero lo hice por ti, lo hacía por tu bien. Sabía el daño que te podía hacer; pero aún así decidiste seguir tu órbita hacía mi.
Oh mí pequeña estrella, que error más grande, seguir el curso del universo y enamorarte de un agujero negro.
Oh mí pequeña estrella, no sabes cuánto te extraño, extraño ver tu brillo aunque sea en lejanía, porque millares de estrellas existirán; pero tú eras mi preferida.
Sé que debería estar triste, pero que irónica la manera en que ahora formas parte de mi, aunque sea en miles de escombros flotando a mí al rededor; como recuerdo a no volver a enamorarme de una estrella como tú.
(Desconozco el nombre del autor).