14 años después del ataque de Voldemort a su casa, James y Lily Potter despiertan de su estado en coma. Ninguno de los dos entiende nada, lo único que querían saber, era si su hijo estaba bien. ¿Que les había pasado? ¿Donde se encontraban?
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James nunca había sido capaz de describir a sus amigos en palabras. El amor que les tenía era tan inmenso, los amaba como unos hermanos y para él, amar a una persona a tal punto de considerarlo un hermano, era algo que se sentía simplemente hermoso.
Remus, Sirius y Peter, aunque le costará hasta pensar en su nombre, siempre estuvieron ahí para él, en sus peores y mejores momentos, apoyandolo, dandole los consejos necesarios, poniendole un freno cuando lo necesitaba, entre otro millón de cosas que los chicos han hecho por el Potter y que por supuesto, el también había realizado por ellos.
Por eso, verlos ahora, riendo en el salón de los Weasley, le hacía sentir una felicidad y alegría enorme, porque no existía mejor cosa que ver a la gente que amas feliz y mas teniendo en cuenra del mal momento que estaba pasando Remus por su "pequeño problema peludo".
Verlo durante esa época era horrible, ver a su amigo sufrir lo era. Por eso ellos siempre lo iban a visitar a la enfermería con mucho chocolate y con muchas anecdotas pensadas para contarle y tratar de que se olvide de ello por lo menos por unas horas. Por eso habían decidido en convertirse en animagos a pesar de los riesgos que ello conllevara, porque darían todo por el y eran totalmente consientes de que Lupin haría lo mismo por cada uno de los chicos.
Y por todo esto, aún le seguía doliendo la traición por parte de Peter, un miembro mas del grupo y un hermano mas para el, mas al pensar que ninguno de ellos podría haber sido capaz de hacer tal maldad, estupidez que hizo el. Traicionar a sus amigos ¿En que cabeza entra?
James sacudió la cabeza, saliendo de sus pensamientos. No quería volver a ponerse mal por lo mismo, por lo que simplemente se levanto y fue a tomar otra copa de Cerveza de Mantequilla, en su opinión, la mejor bebida que podía existir tanto en el mundo mágico como en el muggle.
Luego, se dirigió hacia sus mejores amigos para ver de que hablaban.
-Llego el mas lindo de todo Hogwarts- dijo sonriendo ampliamente tirandose en el sillón colocado en frente del que estaban sentados Remus y Sirius.
-Ese soy yo Cornamenta, te duela o no te duela- respondió Sirius con una sonrisa egocentrica guiñandole un ojo haciedo reir a ambos amigos.
-Ya quisieras, Canuto- James le saco la lengua infantilmente como todo adulto que era y Sirius, teniendo el mismo nivel de maduración, le saco la lengua también.
-¿Ustedes no madurarán nunca, no?- dijo Remus mirando a ambos con el ceño fruncido y Sirius y James lo miraron raro por unos instantes hasta que entendieron lo que dijo, haciendo que los dos lo miraran con indiganción.
-Oye!- chillaron ambos al mismo tiempo, cosa que hizo que se miraran al mismo tiempo- No me copies! Deja de copiarme!- siguieron gritando hasta que se callaron cuando James le dio un golpe en la nuca a Sirius sonriendo de forma infantil.
-Ja! Reaccione antes me debes algo- dijo haciendo un pequeño festejo.
-Y después nosotros somos los raros que hablamos al mismo tiempo- dijeron los gemelos Weasley cosa que obtuvo como consecuencia que los tres amigos saltaran asustados porque salieron literalmente de la nada.
