Capitulo único

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Anthony Stark no se consideraba el tipo de persona que huía de una pelea, pero tampoco era alguien tan estúpido como para no ver que se encontraba en clara desventaja; tres gorilas contra él no era la más justa de las situaciones.

Es la última vez que me acercó a una chica comprometida, se decía mientras buscaba la salida más cercana.

Pensando en cómo todas sus desventuras comenzaron cuando, por insistencia de su hermana Virginia, había asistido al elegante baile organizado por los Carter, una de las familias más acaudaladas de la región y quienes se distinguían por ser excelentes anfitriones en aquel tipo de eventos a los que solo la clase alta podía ingresar.

Él solía disfrutar de las celebraciones, bailando y bebiendo durante horas, sin embargo, en esos momentos solamente deseaba poder recostarse y dormir hasta que el cansancio abandonara por completo su cuerpo.

Había viajado durante horas en un estrecho carruaje desde Ville Lointane, dispuesto a pasar una temporada en la villa a donde su hermana se había mudado tras contraer nupcias con el Vizconde Banner.

Necesitaba con urgencia un descanso de todas las obligaciones que tenía por ser el mayor de la familia Stark, además de uno de los científicos más importantes de su era, y qué mejor que acompañar a su amada Virginia, quien además se encontraría sola por aquella temporada ya que al estar embarazada no había podido acompañar a su esposo en el viaje que debía realizar.

Aburrido y con una migraña abriéndose paso en su cabeza se dispuso a retirarse del salón hacia los jardines interiores, quizás algo de aire fresco le ayudaría a despejarse al menos un poco. Fue entonces que la vio, sentada en una banca y admirando a la luna en una pose distraída, una joven de largos y hermosos cabellos castaños, de estatura pequeña y cintura estrecha, la cual era acentuada por el seguramente ajustado corset que utilizaba debajo de aquel pomposo vestido azul.

— Es una hermosa noche — habló, provocando un ligero sobresalto en la chica — disculpe, no era mi intención asustarla.

— No se preocupe — le dedicó una tímida sonrisa, posando su mirada en él por un breve instante antes de apartarla sonrojada.

Aquel acto no pasó desapercibido por el chico quien vio en ello la oportunidad de realizar un movimiento con la joven, pensando en que quizás aquella velada se tornaría ligeramente interesante en compañía de tan bella damisela.

— Permítame presentarme, distinguida dama, mi nombre es Anthony Stark — tomó la mano de la chica depositando un galante beso sobre el dorso de esta, sabia la forma de encantar a una señorita de la clase alta, no en vano era considerado un conquistador nato.

Esperaba la respuesta de la chica, quien se encontraba sonrojada hasta las orejas, cuando fue bruscamente apartado por alguien que le tomaba del brazo para acto seguido lanzarle a un lado. Tan enfocado estaba en la joven que aquel movimiento le tomó completamente desprevenido.

El ejecutor de tal agravio a la persona del joven Stark era nada más y nada menos que el hijo mayor de los Carter, Daniel, quien además era el prometido de la joven. Un hombre posesivo y sumamente celoso que al verle cerca de su futura esposa acudió con prontitud a apartarle de su lado.

Anthony no pensaba dejar que aquel tipejo pasara por sobre él, no era alguien que huyera de un enfrentamiento, sin embargo, en un acto completamente cobarde , el heredero de los Carter llamó a los guardias para que le sacaran del lugar.

Él no era ningún tonto, sabía que aquellos orangutanes harían mas que solo acompañarle amablemente a la puerta, por lo que se apresuró a levantarse del suelo donde aún yacía para dirigirse rápidamente hacia la salida más cercana. Esquivó gracilmente a las personas que se atravesaron en su camino mientras era seguido de cerca por los tres guardias, quienes pretendían ante los invitados que nada sucedía, dándole el tiempo suficiente para huir.

Encuentro inesperadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora