Hontou no Kimi... / Realmente tú...

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—Dazai... —enunció el pelirrojo, atónito.

—Odasaku, todos estos años he mirado al cielo pensando en cuándo volvería a verte. Y ahora que ha llegado ese día, no pienso dejar pasar la oportunidad de quedarme a tu lado.

—¿Para qué querrías quedarte a mi lado? ¿Acaso no ves lo maravilloso que tienes en tu vida? Tienes amigos, un empleo honesto, has salvado más vidas de las que algún día quitaste. Eres un héroe para muchos, y alguien muy querido. Para bien o mal, la semilla que has plantado en los demás ha crecido de forma favorable. No puedes acabar tu vida así y...

—Mi vida se acabó el día que moriste. Si realmente me has visto desde el cielo, ¿cómo es que ni te diste cuenta? —le gritó Dazai, soltando su mano.

—Eso...

—Agradezco todo lo que dices, pero, ¿tú piensas que eso me hace feliz? No. Vivo por vivir, por seguir adelante, por no tener el valor de morir y llegar a un lugar donde tú no estés. Nada me ha importado desde que te perdí. Tú eras todo lo que me hacía feliz.

—Solo escúchame... —pidió Sakunosuke, desesperado por hacerle entender su punto.

—Escúchame tú, Odasaku... Yo... Estaba enamorado de ti —confesó Dazai, con lágrimas en los ojos a punto de desbordarse—... O mejor dicho, estoy enamorado de ti...

—¿Realmente tú...? —susurró Oda, en un hilo de voz, mirando fijamente al detective.

—Y ahora que puedo mirarme en tus pupilas de nuevo, no voy a dejarte ir. No quiero volver a sentir mi alma vacía a la madrugada, pensando que no te volveré a ver. No quiero volver a sentir cómo me duele el corazón porque no puedo escucharte, porque nunca pude decirte lo que sentía, ni siquiera aquel día de cielo dorado en que te perdí. Daría lo que fuera por haber sido yo quien muriera esa tarde. Porque mi único deseo siempre fue tener una vida contigo, y no importa si es en la muerte, quiero que sea así —expresó Dazai, soltándose a llorar, impactando al pelirrojo.

—Dazai...

—Te amo, Odasaku —agregó Osamu, acercándose a Oda, poniendo sus delgadas y blancas manos sin vendajes en el pecho del joven—. Nunca he dejado de amarte, aunque no estuvieras. Y aunque sabía que nunca ibas a amarme, eso no significaba que yo no podía enamorarme de ti... aunque ciertamente no tenía derecho, porque nunca he valido nada. Fui un asesino frío y despiadado, que debió dejar de lado su estúpida posición para salvarte. Es mi culpa que te haya perdido. Es mi culpa que ahora estés solo aquí...

—No es tu culpa, no... —repuso Odasaku, tomando las manos de Osamu.

—Lo es. Y me he odiado cada día. Me duele el corazón cada mañana cuando sé que no estarás ahí. El vacío en mi ser nunca se llenó, y solo me dediqué a perder a los demás en mi hastío de vivir. Perdóname por no ser como tú, por fallarte, pero... ¡no sé cómo vivir sin ti! Ya no quiero que sea así. Solo quiero cumplir mi sueño, aquel que entre fuegos artificiales tuve al mirarte: poder vivir a tu lado, cuidar a los niños, caminar de la mano por la playa y prender luces de bengala cada día que celebráramos nuestros cumpleaños. Poder amarte toda la vida.

—¡Ya basta, Dazai! —reclamó Oda, llorando al escuchar cada palabra y empujando sus manos para soltarse.

—¡No! No hasta que entiendas por qué quiero que me lleves contigo, y que no me dejes nunca más. Aunque no me ames, aunque nunca me hayas visto más que como un amigo, déjame caminar a tu lado, aunque no tomes mi mano, solo hasta que el frío en mi pecho se desvanezca. Sé que amas a Ango, y te prometo que el día que él llegue a tu lado, me haré a un lado y... —agregó Dazai, tristemente, apretando sus puños ante su dolor.

Oda a su cumpleaños... Odazai Bungou Stray Dogs FINALIZADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora