"..Yo no sé si esto es una historia que parece cuento o un cuento que parece historia.."
- Gustavo Adolfo Bécquer
Una llamada nunca significó tanto, corté el teléfono y me tiré sobre el sofá a arreglar mis ideas, comenzando con un suspiro para quitarme de los pulmones todo el aire contenido.
Escuchando cada palabra tuya se me iba el aliento, y aún se me sigue yendo.
Dos años después no se me había ido la ilusión, seguías en mi mente, yo te seguí esperando; volví a hablarte, pero algo había cambiado de la primera vez, ahora no me rendiría.
Volviste la mirada y me respondiste, te veía tan perfecta, cada palabra tuya hacia mi, me motivaba y de alguna manera alimentaba mi querer.
Conversamos un rato y nos juntamos a una pareja de amigos, llamaron a formación y sentí que no debía irme de tu lado, me senté junto a ti. Un cuarteto de músicos alegro la tarde, empezaban a rondar en mi cabeza: "¿Debo sacarla a bailar?","¿Aceptará?". Sabía que el dar ese paso era declararme totalmente enamorado, no es que no lo estuviese, pero sentí que no tenia porque saberlo medio mundo.
Una amiga se encargo de hacerte enterar de mi amor, me mantuvo con la intriga un buen rato pero terminó descubriendo que tú aceptabas mi deseo, y un beso me dijo que tú también me amabas.
Así empezó nuestra historia...
