El color de hoy no es Gris.
II
Durante su viaje, los dos jóvenes disfrutaban el estar esa noche conducción a lo lejos de sus vidas. Tras medio camino o quizás más... Los dos jóvenes vieron que algo no andaba bien con el auto por lo que decidieron aparcarse en un pequeño taller que ya hacía en medio de la carretera. – ¿Se tardara mucho señor? – Le pregunto Emily mientras veía al mecánico abriendo la capota, Kit la mira con cierta tranquilidad diciéndole que será rápido y que no le desespere. Entre el gran pantano que hay en Nueva Orleans, Emily no hacía más que poder ver el gran paisaje que se posaba no muy a lo lejos pero lo que más sorprendía fue cuando desvió sin querer y noto como la mariposa gris volaba sobre su cabeza entrándose en el oscuro camino perdiéndose entre las sombras... Emily siente una presencia detrás de ella y al voltearse nota que kit esta justo detrás de ella parado eh inmóvil. – Emily, creo que esto ya no es una buena idea sabes... – Le dice en vos baja mientras que ella se percata de que él no la mira fijamente a los ojos. – ¡No puedes arrepentirte ahora! – Le dice ella preocupada. – Pensé que querías estar con migo... Los dos contra el mundo... – Añade, Kit se pasa la mano por el cabello y trata de no pensar tanto explicándole la situación breve pero directo. – Si, pero siendo realistas Emily. ¿De qué vamos a vivir? Nadie cree que tú seas buena en tu canto y bueno... No soy del tipo de hombre que le agrade trabajar. – Ella lo miro casi sin habla, no pudo más que quedarse boquiabierta frente a él sacándole tal escusa. Emily espero hasta que repararan el auto y fue entonces que Emily se montó para ver si podría encenderlo... el mecánico junto al extraño y apático Kit estaban a un lado del auto y apenas esta lo intento el auto arranco; Solo que los dos chicos esperaban a que ella se detuviera en el camino pero no se detuvo sino que siguió conduciendo lo más rápido que podía dejando atrás a su ahora ex novio en medio de la nada... las calles se hacían más y más oscuras y parecían infinitas en un interminable viento que azotaba su cabello rojo. De repente sus sentidos se alarmaron al ver como las nubes empezaban a cubrir el cielo, las pocas estrellas visibles se ocultaron junto a la gran luna llena, de un segundo a otro noto como su auto empezaba a ir más y más lento hasta el punto donde quedó atrapada en medio del camino, sola incluyendo que de izquierda a derecho; mirase a donde mirase no alcanzaba a ver más que sombras, árboles y oscuridad total. Cogió un fino paraguas negro del maletero y empezó a temblar apenas escuchaba los truenos romper entre las espesas nubes... – Y justo cuando pensé que no se podría poner más... ¿Gris? – Se dice a sí misma en forma de consuelo. La joven con miedo, un tanto curiosa y con mucho frio camina alejándose de su auto y se adentra en la oscuridad del camino. Paso a paso solo se sostenía de su paraguas y cubriéndose únicamente de su ajustado vestido negro y zapatos de tacón... Casi llorando Emily trato de continuar y la lluvia se hiso presente. Con la mirada baja, las piernas temblándoles y con un infernal frio que la envolvía choco o tropezó contra algo. – ¡Oh, Lo siento! – Dijo en forma de disculpa, al alzar la mirada para ver de quien se trataba vio a su padre quien dándole la espalda se percató de su presencia y se voltio únicamente para gritarle eh humillarla.
- ¿Qué haces aquí niña tonta?
Gritaba.
- ¡Te eh dicho que no vivirías sin nosotros, eres una estúpida!
Exclamo alzando la mano.
De entre la nada o tal vez la oscuridad su madre entra con su vos chillona a la conversación sosteniendo su tazón de palomitas mientras se las arrojaba. Emily trata de seguir su camino pero resbala con su tacón y cae en medio del pavimento cubriéndose con de la lluvia y tal vez de sus padres con el paraguas. – Oh Por dios niña, ¡Eres un desastre! – Le reclamaban. – ¡No llegaras a nada! ¡Eres una inútil! – Le decían sin parar. De entre la penumbra parecía que al rescate salía nuevamente esos brillantes ojos rojos quienes con sus alas grises los hace “Desaparecer” al levantar la mirada Emily se encuentra de forma casi inédita cara a cara con la entrada a un extraño hotel de color blanco y con un fino enrejado con formas en espiral de color negro. Las puertas se abrieron solas y la joven no se movía... los rallos caían y atormentaban cada vez más al punto que no soportaba el sonido y los estruendos de los mismos. Sin embargo entre el lúgubre paisaje y el monótono edificio la curiosidad no aun no era tan fuerte, sin embargo al ver como las grandes puertas del hotel se abrían noto como un extraño y enorme... ¿Hombre? Salía corriendo hacia ella, la sombra era muy alargada y casi no era coherente con un hombre normal sin contar que corría de forma extraña; cojeaba de una de su pierna derecha y sus pareciera que sus brazos le pesaba meneándose hacia adelante y atrás una y otra vez. Un gran mareo la incitaba y casi la hacía vomitar... Todo le daba vueltas y entre el frio y el sujeto que cada vez se acercaba mas no pudo y solo se desplomo ¡Hay! ¡En medio de la calle!
Casi sin aliento; Emily veía todo en una gran oscuridad que se tornaba en papel tapiz blanco con un mosaico de flores en negro... una mesa negra con un extraño jarrón de color vino con flores y una extraña pintura en la pared: Todo daba vueltas o ¿solo era ella? En cuanto logro abrir medio bien los ojos vio que andaba tirada en un pasillo muy lujoso rodeada de gente muy extraña, un caballero muy bien vestido y con finas ojeras negras estaba frente a ella, con una voz fina le pregunto desconcertado – ¿Estas bien? – Emily no tomo tiempo de responder cuando una mujer de unos cuarenta y muchos o unos cincuenta y pocos envuelta en un fino traje con grandes plumas sonrió quitándolo de su vista. – Claro que está bien. – Dijo – ¿Cuantos dedos ves? – Le pregunto señalando 3 dedos, justo al responder otra mujer quita a la anterior y esta parece un tanto más educada con varios anillos en sus dedos y un fino maquillaje y peinado de los años veinte, con una sonrisa y sin tocarla dijo - ¡Dios! Elsa tiene que darle espacio, necesita respirar – Emily ya se preguntaba que pasaba, todo hasta que un niño de rizos negros quita a la mujer y se para frente a Emily con una gran sonrisa. – ¡Oh! ¡Una nueva huésped – Dijo con mucho entusiasmo, si bien las cosas ya parecían extrañas, el hecho que al niño le faltara el ojo izquierdo hiso que la joven; confundida y mareada se terminara de caer en otro desmayo.
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Emily Foxx.
FantasyCuento corto de literatura gótica y romántica. solo nos entraremos en el mundo gris de Emily Foxx quien tratara de darle color y significado a su patética existencia.