Two

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Yoon Gi

Mis manos tiemblan al igual que mis pies, mi respiración es entrecortada y puedo sentir el sudor por todo mi cuerpo. ¡Asco!. El entrenamiento de hoy me está matando, no se porque el día de hoy están más estrictos que de costumbre y creo saber por qué. Mi padre se encuentra apoyado en la pared del campo mientras me mira intensamente sin quitar la vista en ningún momento y me esta poniendo nervioso.

Cuando me llamó en su despacho pensaba que me iba a dar una buena reprimenda por mi acto de rebeldía del día anterior, el cual fue, que me encerré en mi cuarto para no entrenar -tonta rebelión pero bueno-. El caso es que no fue por eso, sino porque hoy en la noche vendría alguien importante -cuyo nombre no me dijo- a nuestra casa y no me dio más detalles acerca de eso. Su rostro estaba tan serio como de costumbre pero sus manos temblaban un poco y por supuesto mi curiosidad salió a flote

¿Quién es la persona que pone a mi padre tan nervioso?

Si nada pasa, creo que esta noche sabré. Sin darme cuenta mi contrincante corre hacia mi y en un estúpido intento de defenderme, golpea mi estómago con su rodilla y caigo al suelo tosiendo fuerte.

-Basta -escucho la fuerte voz de mi padre y sus pasos acercándose a mi- se acabó por hoy -levanta mi rostro agarrando con fuerza mis cabellos y mis ojos se cristalizan por el dolor- Eres un hombre Min Yoon Gi, ¿como mierda no puedes luchar? -me da una cachetada- eres un inútil maricón -susurra lo último y se separa- curenle las heridas y que no salga hasta que lo ordene -sale del campo a paso lento.

Sus hombres asienten ante su orden y me ayudan a levantarme. Mi padre desde que se enteró que me gustaban los hombres y no las mujeres siempre utiliza la palabra maricón para criticarme, golpearme y descargar su furia conmigo. Un día me buscó a una chica para que le haga el amor pero no pude, no con mi consciencia limpia, me echaron alguna pastilla en el agua que había tomado que me sacó de mis casillas y folle a la mujer pero nunca la besé. No porque me gusten los hombres soy o parezco una chica pero quiero besar a la persona que ame. Pero mientras que mi padre me mantenga en estas cuatro paredes gigantes, sin salir sin compañía de sus guardias, nunca la encontraré. Se que mi padre se avergüenza de mi, el siempre quiso que yo sea fuerte y duro como él para un día tomar las riendas del negocio familiar, pero no todo salió como el quería. Por eso siempre es duro conmigo, no me muestra el amor que necesito como su hijo, me trata como otro de sus hombres pero con su apellido. Ya no tengo padre.

Los guardias me llevan a mi habitación y me dejan en la cama, uno de ellos se acerca para ver mis heridas pero les digo que se vallan. Yo me he curado mis propias heridas desde siempre sin ayuda de nadie. Se retiran como se lo pedí y buscó el botiquín que tengo debajo de la cama, si, debajo de la cama, normalmente se coloca en el baño pero muchas veces mi cuerpo no tiene fuerza como para ir al baño de mi habitación y buscarlo, por eso lo pongo debajo de la cama, más accesible. Sacó el alcohol, algodón y curitas, las dejo sobre la cama y empiezo a curarme lentamente cerrando los ojos ante el ardor.

Mi móvil comienza a sonar, lo busco con la mirada hasta que lo localizo en la mesita de noche, me estiro un poco y logro cogerlo. Miro la pantalla y frunzo el ceño de inmediato.

-¿Qué quieres? -digo después de contestar la llamada.

-Oye, ¿Por qué el mal trato? Solo te llamo porque te extrañaba -hablo una chica al otro lado de la línea, mi "Prometida". Después de que mi padre se enterase de que era gey, porque, sin querer me vio besándome a un antiguo novio, me buscó una prometida para aparentar ante el mundo que no soy un gay y por supuesto, la pobre no sabe que lo soy.

Suelto un algo largo suspiro y pongo una de mis manos en mi frente -Solo estoy cansado Momo y quiero dormir -miento, no quería dormir, solo quería liberarme de ella.

Port Mafia {KookGi} [DETENIDA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora