Port Mafia {KookGi} [DETENIDA]

Four

Yoon Gi

Suspiro por décima vez en el día. Ya es miércoles. Sí. Es un día común y corriente. Pero para mi es un infierno.

¿Por qué?

Porque hoy es la maldita cita con Momo.

Me coloco unos simples pantalones negros algo apretados, una camisa sin mangas de color negro y mis tenis negros. Todo negro. Como yo

Intente hacerme el enfermo pero, por alguna razón de la vida, mi padre se enteró y no me dejó formar esa mentirita.

Escucho unos golpes en la puerta y después un estruendo seguido de un grito.

-¡¡Gi Gi!! -Momo, esa chillona voz es de Momo.

Termino de ponerme un ligero abrigo, ya en Corea el frío está comenzando a notarse. Volteo hacia ella, su sonrisa es grande y sus ojos muestran un brillo de felicidad pero para mi, es escalofriante.

-¿No quedamos en vernos en la estación? -le pregunto mientras dejo mi móvil en el bolsillo de mi pantalón.

Camina hacia mi rápidamente, abre sus brazos y me envuelve en ellos. No le correspondo. Sabe de paso que no soy de dar muestras de cariño. Se separa lentamente y sube un poco su mirada para verme.

-No pude aguantar no verte Gi Gi -me dice con una sonrisa en sus labios- te extrañe mucho.

Vuelve a pegarse a mi pecho y comienzo a incomodarme un poco. Hago una mueca con los labios y silenciosamente, mi padre aparece en la puerta, al ver la escena me mira con el ceño fruncido. Hace una seña con su cabeza en dirección a mí y bajo mi cabeza. Subo los brazos y lentamente los llevo hacia el cuerpo de Momo, los uno y termino abrazándola. Escucho una risa contra mi cuello y levanto la cabeza.

Ya no está.

Ella se separa unos pasos y me mira directo a los ojos. Extiende una de sus manos y toma una de las mías.

-¡Vamos! ¡Vamos! -grita con un tono de emoción en su voz y me lleva tras de ella.

Prácticamente corremos por todos los pasillos de la mansión hasta llegar al salón principal. Los guardias abren la gran puerta y salimos. Caminamos por el camino de piedras, ella aún no suelta mi mano y me incómoda. Dirijo mi vista a ella, tiene la cabeza un poco baja y sus mejillas están teñidas de un leve rubor rosa.

¿Rubor?

Eso me recuerda a aquella noche. Mis mejillas cada segundo, cada vez que sus ojos oscuros me miraban, se teñían de rosa. No podía verlas, pero si sentía un ardor en ellas. Y no me atrevo a decir ni preguntar si estaban de color rojo.

Vuelvo a recordarlo. No se por qué. Pero cada cinco minutos hay algo que me recuerda a el. Al despertarme, en vez de ver al guardia, ví a Jeon Jungkook, sonriéndome de esa manera que me hipnotiza y no puedo dejar de mirarlo. Quiero saber quien es en realidad. Quiero saber quien es Jeon Jungkook.

-Quiero saber de ti Jeon Jungkook.... -susurro sin darme cuenta una vez sentado en el auto.

-¿Jeon? ¿El gran Jeon Jungkook? -pregunta extrañada Momo.

La miro sorprendido. Mis ojos se iluminan y la esperanza crece en mi cuerpo. Tomo sus manos y me acerco a su rostro.

-¿Lo conoces? ¿Sabes quien es? -pregunto emocionado. Por fin sabré quien es.

-No -dice avergonzada por mi cercanía. Mi esperanza se esfuma y mi rostro se vuelve triste- Solo escucho de él por mi padre.

-Ya... -digo en un susurro.