Capítulo IV: Más allá

3K 390 356
                                    

La noche había llegado cubriendo todo el cielo de un oscuro índigo que se manchaba por las pequeñas luces de las estrellas.

Se encontraban nuevamente en las instalaciones del laboratorio del Dr Kuseno, que debido a su ubicación alejada de toda civilización, tenía el privilegio de gozar de una de las mejores vistas al cielo nocturno.

Genos vio con atención como Saitama se dirigía hasta la parte más alta de la edificación, sentándose al borde de esta, y descolgando sus piernas al vacío.
No era algo extraño, su sensei siempre había gozado de hacer eso en los más altos edificios de la ciudad donde muchas veces almorzaron.

Su traje negro, y la ondulante capa roja, resaltaban con el paisaje mientras simplemente se limitaba a mantener la vista perdida en algún punto en específico.
El cyborg le miró unos instantes desde lejos, intentando adivinar en que tanto pensaba Saitama-sensei; luego, unos segundos después, el mayor giró su vista hacia él, dando algunos toquecitos al piso como invitándole a sentarse junto a él.

Sin dudarlo se acercó, acomodándose del mismo modo.

Saitama le sonrió y Genos pudo notar un leve brillo en sus ojos.

¿Sensei se sentía a gusto con su compañía?

- Genos, hay algo que necesito preguntarte. - La voz del mayor sonaba tranquila y firme al mismo tiempo, a lo cual, el rubio simplemente asintió. - Tú, ¿quieres estar conmigo?

El menor parpadeó un par de veces sin entender completamente la pregunta.

- No lo entiendo... siempre he querido seguir sus pasos, estar a su lado, y lo he demostrado día a día. - Genos sentía que de cierta forma, su sensei quería preguntarle si realmente no se arrepentía de su decisión.

- Lo sé Genos, es sólo que...lo que realmente quiero decir es que... mis pensamientos no son los mismos, y siento que debería decirte esto o perderé la cabeza aún más. - Saitama bufó con fastidio, últimamente el enojo se manifestaba muy fácil en su rostro.

Genos pensó un poco antes de volver a hablar.

- Puede confiar en mí, Saitama. - El menor pudo notar la dificultad con la que intentaba hablarle, y sintió la necesidad de demostrarle que podía confiar en él, dejando de lado el título de "discípulo".

Saitama abrió un poco sus ojos al escuchar que Genos le había llamado por su nombre.

- Yo... lo lamento... - llevó sus manos hasta su cabeza completamente afligido por sus pensamientos. Era como si algo dentro suyo estuviera gritando y martillando su mente.

El rubio vio con preocupación la frustración por la que pasaba su sensei. Era consciente de la tortura y el estrés que debía implicarle todo lo que estaba sucediendo.

Las ganas de desprenderse de sus ideales y conseguir con su poder, el mundo que merecía.

Pero, para su sorpresa, esto no era lo único que pasaba por su cabeza.

Genos... Genos... Genos.

El nombre se repetía en su cabeza como una grabación. Su vida siempre había sido un fiasco; sin muchas ambiciones, sin intereses personales, nadie era realmente importante en su vida, sólo vivía día a día con lo necesario para sobrevivir. Ahora, un extraño chico cyborg le gritaba a los cuatro vientos que no se separaría de él, e inevitablemente, se dejó atrapar por cada acto, por cada momento por más simple que fuera y que pasaron juntos.
Siempre mirándole como si fuese lo mejor del mundo. Con su peculiar personalidad e inminentes celos cada vez que alguien intentaba entrometerse en sus vidas.

Siempre te seguiré. | SaiGenosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora