Bueno, mi nombre es Krystal Anderson y les contare un poco de mi vida. Pero antes de comenzar con mi día diario, les contare de mi pasado. Vengo del Clan Marino, hay nací y me crié hasta los seis años. Tengo el poder de controlar en agua y el hielo. Pero tuvimos que irnos por culpa de una invasión, provocada por unos monstruos que no sabría describir.
Tenian la habilidad de copiar los poderes de sus víctimas por lo que estabamos en desventaja. Jamás nos habian atacado algo como eso. Terminarón destruyendo todo a su paso. Mi familia y yo logramos escapar, pero no todos.
Antes de lograr salir, una de esas criaturas nos ataco, mi hermana mayor Clarissa de diecinueve años dio su vida para salvarnos. Intente con todas mis fuerzas ir ayudarla pero mis padres no me lo permitierón. Nos fuimos del Clan en canoas, mi madre traia a David en brazos, mi hermano menor y yo simplemente estaba en shock por haber perdido a mi hermana. Tuvimos que mudarnos al mundo de los humanos ya que ni un solo Clan se habia salvado, todo habia sido destruido.
Desde entonces vivimos en New York. Esa catástrofe afecto mucho a mi familia, pero la que más salio afectada fui yo. Desde que presencié la muerte de Clarissa no volvi a sonreír. Pasaron varios años y la esperanza de encontrar a más sobrevivientes de los Clanes había desaparecido. Hasta una tarde que fui a buscar a David a su escuela.
Pasamos por un parque que estaba cerca de nuestra casa cuando escuche un grito de frustración entre los árboles. Me acerque a ver que sucedia y encontre a dos niños. La niña tenia el cabello azul largo hasta la cintura, ojos rosado y de piel blanca. Se encontraba tirada en el suelo sujetandoce el tobillo derecho con ambas manos.
Arrodillado a su lado se encontraba un niño de cabello gris claro y ojos de un amarillo topacio, el parecia muy preocupado.
"¿Te encuentras bien?"pregunto el niño con preocupación.
"No, creo que me he roto un pie" contesto la niña conteniendo las lagrimas
"Voy a buscar ayuda, no puedo llevarte al hospital yo solo ".
"Yo podría ayudar" dije saliendo de entre los árboles con David detras.
Ellos se alarmarón de inmediato. La niña hizo bolas de fuego con sus manos y nos las lanzo. Me interpuese entre las bolas y mi hermano, ya que él no daba señales aun de tener poderes. Levante la mano derecha de la cual salio un chorro de agua, apagando las bolas de un tiro.
Ellos me mirarón sorprendidos un segundo, pero luego el niño hizo también una bolas pero estas eran de electricidad y las lanzo. Me agache llevandome a mi hermano conmigo.
"¡Esperen!"grite mientras me levantaba alzando ambas manos.
"No les hare daño, por favor dejen de atacarnos"
Ellos me mirarón con desconfianza por un tiempo hasta que preguntarón al unisono
"¿Que quieren?"
"Ayudarlos" conteste con tranquilidad.
"¿Que te paso?" Pregunto David con curiosidad.
"Estabamos jugando cuando tropeze y caí sobre mi pie" contesto la peli azul.
"¿Puedo hechar un vistazo? " le pregunte refiriéndome al tobillo.
Ella me miro un minuto para luego asentir levemente. Me acerque y toque con cuidado su herida. Ella gimio de dolor ante mi roce, al parecer había sido un movimiento brusco.
"Lo siento" me disculpe rápidamente.
"No hay problema " dijo de mala gana.
*Estupendo, una gruñona*pense con sarcasmo. Volvi a concentrarme colocando mi mano en su tobillo. Después de unos segundos me levante y le tendi una mano para ayudarla. Ella se levanto con cuidado, su pie estaba a la perfección.