Profesor.⚡️

01

- ¡Tía! ¿Has visto mi falda?.- grite desde la entrada de mi habitación.

- No linda, busca bien en el cajon de la cama.- contesto mi tía de la misma manera desde su oficina.

- Ya lo hice.- di un último grito con un suspiro. Genial, primer día de escuela y yo sin uniforme completo. Ya habían pasado dos semanas y todo iba genial, pero los nervios seguían tan presentes como el primer día que llegue.

- Busca ahí linda.- mi tía se acercó a mi dándome una caja grande y un poco polvorosa.- son mis recuerdos de la high School.

Me senté en el suelo de mi habitación cruzando la piernas mientras abría la caja, estaba repleta de cartas, notas, fotos, incluso un lápiz labial rojo. Tome el lápiz labial guardándolo en el bolsillo de mi blusa, saqué todas las cosas de arriba dejando a la vista un uniforme completo, la blusa estaba llena de mensajes de despedida y de amor, la falda estaba impecable. Que suerte, pensé, oh, oh, la falda me quedaba más corta de lo que me gustaría, yo siempre he llevado la falda cubriendo las rodillas, esta vez me quedaba 4 dedos por encima de ellas.

- Mierda.- resoplé mirándome al espejo. Me sentía extraña pues mi cuerpo se había desarrollado demasiado bien estas vacaciones.

- ¡Oh! Te queda igual que a mi cuando tenia tu edad, quizás hasta un poco mejor.

- Me siento un poco, vulgar.- dije susurrando con vergüenza.

- ¡Cariño! Disfruta ese cuerpo tan bueno que dios te dio y presúmelo.- soltó en una carcajada, yo conteste con una risa nerviosa. Si, esto me hacía sentir más nerviosa.

•••

- ¡Nos vemos nena! Diviértete.- grito mi tía desde su auto, aunque estuviera a poca distancia de ella, esto provocó que gente al rededor pusiera su atención en mi.

- Joder...- dije para mi en un suspiro, sentía varias miradas, seguro me veían como una zorra.

- Señorita, esas palabras.- una voz bastante masculina llamó mi atención haciéndome girar, para mi sorpresa era un hombre bastante atractivo, no se veía como un estudiante, eso seguro.

- Disculpe...- tartamudee viendo hacia el suelo, sentía su mirada clavándose en mi. No tuve respuesta, así que mire hacia arriba y el hombre me seguía observando, esta vez de pies a cabeza, analizándome, para después sacudir un poco sus pensamientos y salir en silencio.