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Hicimos contacto visual por un largo tiempo, por más que quisiera mi cuerpo no respondía y no podía bajar la mirada, al final el lo termino haciendo, sonreí triunfal, no entendía porque pero lo hice.

- Esta bueno ¿verdad?.- la chica a un lado de mi con la que hablaba antes llamó mi atención sobresaltandome.
- Es un viejo.- dije aún tratando de asimilar lo que acababa de pasar.
- ¿Qué?.- pegó un grito haciendo que todos miraran hacia nosotras, ella solo sonrió disculpándose.- Debe tener unos 30 años como máximo.
- Debe tener esposa.- no sabía realmente a quien le contestaba, si a la chica, o a mi misma.
- Eso no le quita lo bueno, hablas como si fuéramos a  ligárnoslo.- se burló divertida.
- Seguro no se fijaría, es un hombre con estudios, andará con una modelo o algo así.
- Supongo.- la chica volteó a charlar con otras chicas, creo que la canse de mi actitud perdida.

El profesor pasó por todos los lugares entregando hojas completamente en blanco con una pequeña cara feliz en la esquina. Eso me confundió pues dijo que nos haría una prueba.

- Esta en blanco.- si pienso algo no me lo callo, eso nunca.
- Ajam.- asintió ignorándome y dándole hojas a mis demás compañeros.

Sin más que decir el profesor tomo su maletín y salió con su perfecto rostro serio, tratando de ocultar una sonrisa, me encantaba eso, parecía que se quería hacer el madurito pero puedo sentir su alma infantil y juguetona, lo quiero, Dios estoy caliente con un viejo.

- ¡Jaja! Pero que tonto, solo puso caras en las esquinas.
- Presta.- le arrebate la hoja a un chico pelirrojo que se sentaba delante mío.- La tuya es una enojada, ¿Me prestas la tuya Mía?.- mi compañera me entregó su hoja.- tristeza...
- Que loco, bueno, supongo que mañana nos dictará las preguntas, quizás lo haría hoy pero no le alcanzo el tiempo.

Algo me decía que debíamos llenar esa hoja con lo que sentíamos defendiendo las caras que había dibujado en la esquina de las hojas, quería decirles pero me lo guarde, si estaba en lo correcto quería ser la única que lo hiciera bien.
El día siguió término normal, llegue a casa y mi tía me recibió con una deliciosa pizza que pidió a domicilio, me duche y fui a la cama.
Me quede pensando en el profesor Rudd, me atraía, eso seguro, en serio lo quería para mi, yo juré que cuando me mudara a Los Ángeles haría todo lo que quisiera, toda mi vida me la había pasado guardándome mis deseos porque los veía imposible, de nada serviría haber hecho ese juramento si no lo cumpliría.

¿No?

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⏰ Última actualización: Nov 06, 2019 ⏰

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Profesor.⚡️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora