prólogo

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Katherine bajó del taxi y dio un profundo respiro, recordando que no extrañaba el olor de las pestilentes calles de Small Heath, pero por supuesto extrañaba a su gente

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Katherine bajó del taxi y dio un profundo respiro, recordando que no extrañaba el olor de las pestilentes calles de Small Heath, pero por supuesto extrañaba a su gente.

Justo ahora se encontraba frente a la casa de los Shelby, aquella que fue su hogar durante 18 años. Sacó la vieja llave de su bolso y probó suerte, y tal cómo lo pensaba la puerta le abrió.

Al entrar logró percibir aquello que tanto anhelaba, el cálido recibimiento de la casa Shelby.

Sus tacones resonaban por la silenciosa sala y al fondo logró escuchar unas maldiciones por parte de la matriarca de la familia.

—¡John si eres tú más vale que hayas encontrado la bufanda de zorro gris por qué no iré a la boda sin ella!

Katherine sonrió con lagrimas asomándose en sus ojos mientras se situaba detrás de la mujer que se alistaba con desesperación.

—Polly.— logró articular entre lágrimas.

Polly Gray paró en seco sus actividades, el escuchar esa voz después de 5 años erizó su piel y dudó ante el señor su cordura. Con cuidado Polly se dio la vuelta y al terminar, posó sus manos en su boca sin dar crédito a lo qué veía.

— Oh, Katherine—dijo en un ahogo.

—Volví a casa tía Polly.

Polly envolvió a Katherine en un fuerte abrazo, sin dar crédito a la presencia de la mujer.

John entró a la habitación y quedó estático al ver a la chica. Katherine sonrió, se separó de Polly limpiando su nariz y acercándose a John.

—Hey Johnny boy—sonrió con nostalgia.

John rápidamente tomó a Katherine y la abrazó con mucha fuerza, sin dar crédito a lo qué veía.

Al separarse soltó una sonrisa. Y procedió a romper el silencio que habitaba.

— Oí que habría una boda, ¿Quién es el afortunado?—John sonrió incómodo y apartó la mirada.—¿Me invitan?

Polly la vió con tristeza en sus ojos y procedió:

𝙤𝙝 𝙠𝙖𝙩𝙝𝙚𝙧𝙞𝙣𝙚, 𝙩𝙝𝙤𝙢𝙖𝙨 𝙨𝙝𝙚𝙡𝙗𝙮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora