3.

8 2 0
                                    

Hoy noté que te gusta leer, a pesar que me senté atrás de ti e intenté ver no lo logré, me daba vergüenza ser muy obvio. Por suerte estabas en tu mundo de cristal leyendo, aunque si no era obvia para ti, lo sería para cualquier otra persona. O en el caso de la señora que sentó a la para de mí.

Sé que ella me vio asomarme. ¿Cómo lo sé? Pues la vi por el reflejo de la ventana.

Además, fue raro que hoy te bajaste una parada antes que la de ayer.

En el tren. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora