Era un día de abril de 2005 cuando mi madre trato de quitarse la vida con pastillas.
Todo fue tan repentino que nos tomo por sorpresa a todos, mi madre siempre fue muy fuerte y toleró muchas cosas horribles,desde las múltiples infidelidades de mi padre hasta la muerte de mi hermana y su madre, mi abuela.
Siempre toleró cada golpe que la vida le dio y creo que esa misma causa fue su detonante, supongo que aguanto tantas cosas en su vida sin quejarse de nada que todo eso estallo de repente en su cara y así cómo la vi sonreír en la mañana la vi en la tarde en una camilla camino al hospital por una sobredosis de antidepresivos.
Durante mucho tiempo admiré a mi madre pero hasta hace unos años pude entender porque trato de quitarse la vida, sin importar que tan fuerte parezca alguien siempre y digo siempre, va a caer en algún momento, así cómo cayo la tía Tanya y el abuelo Marshall, mi madre casi se reúne con las personas que la quisieron mas que a nada.
Mi pequeño hermano no entendía porque yo lo arropaba en lugar de mamá, trate con todos mis esfuerzos que la casa permaneciera cómo mamá la había dejado, limpia, pero con las constantes fiestas de mi padre y las noches en vela cuidando a Leonora no podía hacer la gran cosa, honestamente creí que limpiar una casa de 2 pisos sería mas sencillo pero no tome en cuenta a mis hermanitos y al desastroso de mi padre, todos los días era limpiar vasos de plástico, botellas de alcohol vacías y algunos vómitos y una que otra vez debía tratar con mi padre ebrio y con uno que otro de sus amigos.
Mi madre volvió a las 2 semanas, estaba rehabilitada y asistía a terapia que mi tío pagaba, el primero en abrazarla fue Tomy, la extraño mucho en su ausencia, le seguí yo y la abrace cómo si no hubiese un mañana, mi madre subió a la habitación de Leonora y después de abrazarla y besarle dio una vuelta por la casa y me felicito por mantenerla ordenada y después los 4 fuimos por un helado, hacia tanto que no hacíamos algo así.
Esa noche mi padre recibió a mi madre con quejas y regaños y alguno que otro golpe.
Regresábamos a la rutina.
Otra vez.
A. F.