inktober-Fictober Miraculous.

Ikari Gozen

Tsurugi San escuchaba las noticias. Aun se preguntaba como era posible que su templanza haya sido corrompida y fuese convertida en un akuma.

Siempre procuró ser críptica con sus emociones y heredar eso a Kagami, pero ahora se sentía frustrada y molesta, a pesar de escuchar, que como Akuma había sido sumamente poderosa, al punto de necesitar que otro héroe se uniera a la batalla. Eso al menos alimento su orgullo.

- Kagami, hoy tendremos entrenamiento extra.- anuncio.

No quería mostrar debilidad, ni de ella ni de nadie de la familia Tsurugui.
- Pero madre, hoy quería tener tiempo para mí.- suspiró su hija desanimada.

- Tiempo para ti? Entrenar es tiempo para ti, para tu cuerpo y alma, para tu fortalecimiento. No entiendo tu reclamo.-

- Quería salir con una amiga.- explicó.

- Una amiga? Eso es una distracción...- reclamó.
- Lo siento...es que yo... simplemente, quería ser una joven normal...-

- Normal? Eres una Tsurugi, nunca vas a ser normal, siempre serás extraordinaria, pero debes trabajar en eso, para cargar con orgullo tu apellido.-

- Está bien Madre.-  dijo en un hilo de voz, apretando el borde de su falda con sus puños.

Tsurugi San percibió su cambio de humor y guardo silencio.

Ella recordó a su vez su propia juventud, y por un miembro lo sola que está fue... quizá estaba siendo muy dura con su hija... Quizá ser un Akuma poderosa, llena de rabia, era consecuencia de tantas emociones relegadas con tal de aparentar control y perfección... pero, quería eso mismo para Kagami?...

- Está bien. Podrás salir con tu amiga, pero el entrenamiento del sábado durará una hora más.- dijo al fin.

- Gracias Madre.- dijo su hija. Con un tono de voz mucho más animado.

- Ahora, cuéntame con detalle, como fue mí transformación en Akuma y porque me mencionan como uno de los más poderosos?-

Kagami pestañeo y miró a su madre.
Al fin de cuentas, tal vez el ser convertida en villana, ahora la ayudaban a ser más humana.