♱ 𝐋𝐨𝐬 Á𝐧𝐠𝐞𝐥𝐞𝐬 || 𝐌𝐚𝐫𝐯𝐞𝐥 ♱

𝐏𝐨𝐫 𝐂𝐚𝐬𝐭𝐢𝐠𝐚𝐫𝐦𝐞 𝐓𝐚𝐧 𝐅𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 | 𝐒𝐩𝐢𝐝𝐞𝐲𝐩𝐨𝐨𝐥

Sí, lo había amado.

Quizás desde el principió que lo vió sentado en el borde del edificio vigilando, quizás la primera vez que habló con él o cuando se quitó la máscara dejando a la vista su perfecto rostro y esos ojos mieles junto a esa resplandeciente sonrisa.

Peter era un chico increíblemente guapo e inteligente. Peter era la luz que iluminaba sus días. Peter lo era todo hasta que se dió cuenta de la verdad.

—¡Eres un idiota Wade Wilson! ¡Un imbecil!—gritó el castaño llorando mientras Wade arremetía con el cinturón su frágil cuerpo.

Lo estaba castigando, nuevamente. Y es que por más que quisiera evadirlo, no podía. Sabía que se lo merecía muy en el fondo.

Y sinceramente esperaba que Wade lo perdonara algún día tal como él lo había echo con él.

—¡Te lo dije Peter! ¡Te dije una y mil veces!—volvió a golpearlo.

—¿Por qué lo haces?—reclamó el castaño cansado— Solo dame el maldito divorcio y déjame ser feliz con Quentin.

Y ese estupido nombre nuevamente salía de los labios del menor. Ese nombre que hacía rabiar a Wade.

El nombre del hombre que le había arrebatado todo.

No. Él hombre que le había abierto los ojos a su chico.

—Sabes que no ganas nada reteniéndome aquí. Ya no te amo—soltó sin una pizca de lamentación—. Fue un error haberme casado con un monstruo como tú.

Escuchar esas palabras de la boca de Peter parecía como si fueran brazas sobre su cuerpo. Dolió, joder si, dolió muchísimo. Sintió como con ellas su vida se la estaba quitando.

Peter era su vida.

Y aunque el castaño le demostrara lo contrario... Wade también era su vida.

No importara cuantas palabras hirientes le dijera, no importaba cuantos golpes le hubiera dado esa noche.

Él no aborrecía a Wade Wilson. No. El lo quería más que nunca porque, sabía que lo estaba reteniendo de alguna manera a su lado y, eso significaba que aún le importaba, que aun lo amaba.

Sin embargo Wade estaba loco, era un mercenario desquiciado que no iba a permitir que Peter se fuera tan fácil de su lado.

Peter observó con temor al hombre lleno de cicatrices, calculando la distancia de él y la puerta o de él y el cuchillo. Cualquiera de los dos podría ser su boleto de salida o su sentencia de muerte, porque lo había presentido.

Su sentido arácnido lo había detectado.

Y cuando quiso correr fue demasiado tarde.

Sintió la puñada de Wade por la espalda.

—Es conmigo o con nadie baby boy—le susurró el ex rubio con la voz entrecortada tras de él.

Sí, de alguna manera le había cobrado a Peter todos los engaños que había cometido en su contra.

Era la factura que Peter tenía que pagar por traicionarlo.

El menor cayó al piso, tenía sus ojos abiertos y miraba a Wade con miedo. No quería irse.

—Wade—quiso aferrarse el mercenario como lo hizo todos esos meses atrás cuando sus padres le habían dicho que lo dejara.

Quería ser salvado por Wade pero sabía que era imposible.

Imposible tras ver esa furia interminable en sus ojos, al ver como lo miraba tan deseoso de venganza como si él hubiera empezado ese juego de traición.

Y sintió nuevamente otra puñalada. Volvió a clavar el filoso cuchillo en distintas partes del cuerpo del castaño hasta que sus ojos perdieron aquel brillo tan característico de él.

Peter estaba muerto, en sus brazos.

Y entonces lloró aferrado al pequeño cuerpo, por culpa, por remordimiento.

Porque él había recordado lo que le había echo al castaño.

Él también lo había engañado. Él lo había echo primero.

Él había desatado la furia en Peter para meterse en la cama del empleado de su padre y pagarle con la misma moneda.

Pero él estaba loco y Peter había sido demasiado inocente para confiar en él.

Lo había castigado tan fuerte y ahora... la única persona que lo había amado de verdad se había ido para siempre.

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Me van a decir... ¿por qué siempre Peter?

No se preocupen en esta serie de OS todos sufrirán así que preparen sus pañuelos.

Inspirado en: Los Ángeles - Rosalía.

Xoxo,
L🥀.