"Lᥲ ᥴᥙrιosιdᥲd ᥴomρᥣᥲᥴιó ᥲᥣ gᥲto"

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Chenle era gay, para él no era un tema, incluso sus padres le apoyaban. No obstante, decidió no contárselo a su grupo pues lo creía innecesario; no cambiaba quién era, además que la mayoría lo habría notado.

Mark percibió las tantas veces en que no le incomodó la cercanía de los otros miembros, simplemente se mantenía inmutable, hasta se veía a gusto de aquellas muestras excesivas de cariño. Sus sospechas fueron creciendo y con ellas su curiosidad.

No se le ocurrió una mejor idea que ir a preguntarle directamente sobre su orientación sexual.

Zhong lo miró con un deje desafiante en su mirada –¿Cambiaría algo? –Preguntó y comenzó a acercarse amenazante al canadiense pero éste huyó.

Había pasado una semana y no podía dejar de pensar en qué pasaría si se hubiese quedado ¿Las cosas cambiarían? Las palabras del chino rondaban en su cabeza y lo mareaban.

Llevaba noches completas sin dormir, y se quería y conocía demasiado como para saber que no podía seguir torturándose así.

Decidido fue hacia donde todo comenzó ¿Realmente haría esa locura? Había estado ahí tantas veces pero ahora era diferente, sentía todo su cuerpo temblar y no sabía exactamente por qué.

Entró con cuidado y se acercó al chico que estaba tumbado en su cama. En ese momento agradecía enormemente que Jisung no estuviese allí.

Lee tomó el valor suficiente y lo llamó, el nombrado giró sus ojos hacia él –¿Por qué estás aquí otra vez?– Ese brillo en sus ojos había vuelto, haciendo que los labios del mayor se secaran y que inconscientemente pasara su lengua por ellos.

–¿O es que quieres saber qué se siente?– Zhong se levantó de su cama y se le acercó cauteloso.

Dejando de lado el nudo en la garganta, respondió– Sí...– ¿Qué? No podía creer sus propias palabras ¿Cómo lo dijo sin morir en ese mismo instante?

La sonrisa de Chenle apareció. Mark tenía miedo, era algo nuevo y sin duda peligroso viniendo del chino, pero en cierto modo eso lo hacía más cautivador.

–Entonces, no te molestaría que te bese, ¿cierto?– Mark en ese momento cuestionaba hasta su propia existencia y estaba muriendo de los nervios, mas negó energéticamente.

Esperaba el contacto con los ojos cerrados, podía sentir la respiración del menor rozar suavemente sus labios y su corazón a punto de explotar.

Su boca se secaba cada vez más, de pronto sintió la necesidad de la lengua del chino en su boca ¿Qué le pasaba? Esa clase de pensamientos no los había tenido jamás, no era el mismo.

El contacto no demoró en atracarlo, al igual que una sensación electrizante por todo su cuerpo.

Sujetó del cabello al menor para apegarlo más a él. Entre el beso se escuchó un suspiró y Zhong no perdió aquella oportunidad para explorar con su lengua la cavidad del mayor.

Estaba mal ¿Por qué no se alejó cuando pudo? ¿Por qué no se podía detener?

El beso se iba intensificando. Ese chiquillo lo volvería loco si seguían así. No podía comprender qué era esa emoción, era como si quisiera más.

Sujetó a Chenle de las piernas y posicionó cada una al costado de sus caderas ¿Cómo habían terminado así? Seguro estaba delirando, no dormir le estaba afectando.

Bajó hasta el cuello del menor, lucía tan blanco y dulce como el azúcar. Los jadeos y gemidos cerca de su oído lo invitaban a seguir, a pecar. Y lo hubiera hecho suyo en ese momento si no fuera porque Zhong se levantó separándose un poco del mayor, con un gesto travieso en su rostro ¿Cómo se atrevía a desafiarlo de esa manera?

–Eres demasiado bueno en esto, Hyung ¿Seguro que eres hetero?– ¿Lo era? Si fuera así no estaría haciendo eso. No se sentía homosexual, pero Chenle lo hacía enloquecer.

–Supongo que por tí no lo seré nunca más –Sintió un gran alivio al soltarlo y ver el sonrojo del bajito. Pero las ganas de tenerlo debajo de él lo estaban consumiendo. Lo dejó sobre la cama con suma delicadeza.

–Me traes loco desde hace mucho tiempo, Markie– ¿Realmente le gustaba a Chenle? Por eso el brillo en sus ojos ¿Cómo no se dio cuenta antes? Pensaba que le podía gustar Renjun o Jisung, hasta Lucas, jamás él.

–Entonces, tendrás que hacerte cargo de lo que me haces sentir– De un momento para otro el mayor se había vuelto muy valiente.

–Con gusto, señor Lee–

Mᥲrkιtos ᥣovᥱs ChᥱᥒᥣᥱDonde viven las historias. Descúbrelo ahora