Parte Única

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Halloween, la noche en el que los niños y los que están por transformarse en adolescentes salen a la calle disfrazados de lo que mas les gusta para pedir dulces con su calabaza en mano y una sonrisa en el rostro.

Noche en la que Nakajima Atsushi, estudiante universitario, le gustaba observar a los niños pasar a su lado jugando y corriendo con su pareja al lado suyo; Akutagawa Ryunosuke.

¿Qué era lo que mas le gustaba observar de los niños esa noche? Le gustaba observar como disfrutaban de sus vidas sin preocupaciones. Solo eso.

Algo que destacaba a Atsushi era su "valentia". Siempre decia por los pasillos del colegio que no le tenia miedo a nada, pero demostraba lo contrario cuando Nakahara aparecía por detras de él y esta terminaba saltado tres metros delante del contrario solo por haberle tocado el hombro con un dedo delicadamente.

Akutagawa sabia mentía con todos los dientes, pero lo dejaba ser y no reclamaba nada por sus habladurías.

Esa noche, 31 de octubre, ambos jovenes se dirigían a la casa que compartían dos de sus amigos: Nakahara Chuuya y Dazai Osamu.

Estos los habían invitado a su hogar para celebrar que sus exámenes habían sido un total exito, y para hacerlo iban a tener una noche escalofriante.

-Si sigues mirando a los niños de esa forma te van a acusar de pedófilo.- Le advirtió el azabache mientras aun tomaba su mano. Y en su humilde opinión, la cara que estaba empezando a poner el albino hasta a él le empezó a dar miedo.

-Lo siento. Ryu...

-¿Qué?

-¿A que le tienes miedo?

-Veamos...- Pensó un poco Akutagawa antes de decir cualquier cosa.- Perros y plantas.

-¿Plantas?

-Si.

-Ryu, Las plantas no son peligrosas. Es lo mas inofensivo que vas a poder encontrar en la tierra.

-Eso dicelo a las plantas carnívoras y la flor que Dazai-san se tragó hace un año.

-Esa era una planta venenosa.

-Solo te acabas de contradecir tu solo.- Después de eso dicho, Atsushi decidio mejor mantener la boca cerrada y no decir nada mas hasta llegar a donde sus amigos los habían invitado, ya que, sabiendo donde como era Akutagawa, nunca ganaría una discusion con él en su vida.

Al llegar a la calle donde sus mayores vivían, todas las luces de las farolas se apagaron, una que otra persona salió de su hogar para revisar lo que sucedió, pero ellos prefirieron seguir con su camino hasta llegar a la casa de Nakahara y Osamu. Ya frente a la puerta, tocaron el timbre y esperaron a que uno de los dos la abriera.

El que los recibió fue Chuuya con la ropa usual que siempre se ponia cuando estaba en su hogar: un pantalon negro holgado al igual que una camisa blanca, ya fuese de él o de Dazai.

-Creo que llegaron en un mal momento, chicos.- Dijo con tono de decepción el pelirrojo.- Pero ya están aqui, tengan cuidado por donde caminan. Dazai está buscando unas veladoras y las linternas.

-Con permiso.- Ambos se retiraron los zapatos, y como su memoria y vista les ayudaron, caminaron con demasiado cuidado a la sala principal tanteando con sus manos para poder encontrar el sofá.

Cuando lo hicieron, tomaron asiento y esperaron a que el pelirrojo y castaño tambien tomaran asiento junto a ellos.

-Chuuya, no escontre las veladoras y, creo que me corte con un cuchillo.

-Por idiota. Nunca te dije que las veladoras se encontraran en el cajon de los cuchillos.

-Eres muy malo conmigo.- Chilloneo Dazai mientras cubría con su mano izquierda el dedo que se había cortado.- ¿Ah? Hola, chicos. No escuché cuando llegaron.- Saludó ahora a sus invitados en medio de la sala oscura.

Tigre asustadizo (Bungou Stray Dogs - AU) One-ShotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora