-La Doctora Melissa hizo un cambio, no pudo despedirse de su paciente a parte no era de su agrado. Nadie le dio instrucciones a la nueva doctora sobre este paciente y ella no se imaginó lo que le ocurriría-
- Hola buenos días -sonrie-
- Buenos días señorita Katherine -le devuelve la sonrisa-
- ¿Cómo estás? -se quita su abrigo café y se coloca la bata blanca-
- Muy bien -la mira- al parecer no hace falta que le pregunté cómo está usted -rie levemente-
- Oh bueno siempre estoy de buen humor -rie levemente y camina por un pasillo-
-La Doctora Katerine era una chica de 27 años, acababa de graduarse de la universidad en psicología, siempre le gustó ayudar a las personas enfermas ya que su madre estaba internada en un hospital psiquiátrico y su hermano sufrió de esquizofrenia. Era una chica alta de 1.70, su piel era clara, tenía un cuerpo esbelto y no se digan las curvas que tenía, su personalidad era lo que enamoraba a todo mundo ella siempre era tan positiva y amable, las únicas veces que se le vio triste fue cuando murió su madre y su hermano... Ambos se suicidaron.-
- ¡Hola Jorge! -sonrie entrando a la habitación-
- ¡Hola! -corre abrazarla-
- ¿Cómo te encuentras hoy? -sonriendo-
- Muy bien -la mira- Adams y Marvin no han vuelto -la suelta y corre a su cama- te hice algo -busca entre el pequeño baúl azul-
- ¿Que cosa es? -se sienta en una silla-
- ¡Aquí está! -voltea a verla mientras tiene sus manos hacia atrás escribiendo algo- Tómalo y no digas nada -le extiende una hoja de máquina-
- ¿Que tenemos aquí? -sonrie al ver el dibujo- este chico eres tú y yo soy ella -lo mira- ¿Verdad?
- Si -asiente- te dibuje con un labial rojo porque se te ve muy bonito -la mira-
- Muchas gracias Jorge -dobla la hoja a la mitad- la pondré en mi refrigerador
-El chico de ojos cafés, cabello negro alborado y piel a perlada se quedó quieto mirándola fijamente para después simplemente sonreír... De una manera extraña-
- ¿Jorge? -lo mira mientras sus músculos se tensan-
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La nube Bicolor
Short Story- Jonathan ¿cómo te has sentido hoy? - Muy bien doctora... ¡De maravilla! - Eso me alegra mucho - Si estuvieran justo ahora sus labios rojos déjeme decirle que no dudaría en besarla - Eso sería porque tú serías alguien diferente - Oh... tiene mu...