Capítulo 4. Detrás de ti

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—La doctora Katerine se encontraba en su casa aún pensando en lo que ocurrió hace un par de horas, tomo su taza llena de café y la dirigió hacia su boca cuando el teléfono sonó, dejó su taza en el escritorio y tomo el teléfono—

— ¿Hola?

¿Cómo te encuentras Katerine?

Sintio un escalofrío recorrer todo su cuerpo y apretó el teléfono mientras trato de responder lo más tranquila posible—

— Este es un número privado ¿Cómo encontraste este número?

Sabes que tenemos todos los medios necesarios para encontrarte

— Está bien, suerte en eso Andrews

— Hasta pronto Katerine oh es decir Kat

—Al escuchar como terminó la llamada lanzó el teléfono con toda su fuerza contra la pared, sus latidos eran acelerados, sus ojos se estaban cristalizando y corrió hasta la cocina para tomar un vaso de agua, sus manos temblaban mucho... Estaba muy preocupada y asustada de que la encontrarán—

— Buenos días Kateri... -se queda callada al verla-

— Tuve una mala noche -sonrio levemente-

— Un café arreglaría todo -dice Harry recargado en el marco de la puerta-

— Buenos días Harry -dice Sandra sonriendo-

— Hola Harry -lo mira sonriendo-

— Vamos por un café Kate te va hacer bien -sonrie levemente-

— Eso es verdad Katerine -sonrie Sandra- yo también quiero un café -de su bolsillo saca un billete- ten Harry no olviden mi café

— Tu ganas Harry -rie levemente negando con la cabeza- vamos por ese café

— Bien vamos -sonrie y camina con ella-

—Al llegar al cafe, Katerine se sienta en la mesa junto a la puerta del local para esperar a Harry, mientras miraba el lugar vio por la ventana a un sujeto que la hizo sentir escalofríos y que hizo que los latidos de su corazón se hicieran más rápidos. Aquel sujeto de cabello negro peinando hacia un lado, con su traje azul marino elegante, sus ojos cafés miel y su piel canela venía cruzando la calle hacia el local, Katerine entro en pánico y rápidamente camino hasta Harry—

— Harry iré al baño -lo mira- Me esperas por favor

— Está bien Kate yo te espero -sonrie-

— Gracias -camina rápidamente hacia el baño-

—Al entrar Katerine fingio lavarse las manos, espero a que saliera la chica a lado de ella y suspiro aliviada, ahora nadie vería el caos—

<<¿Que vamos hacer? El está aquí ¿Lo vieron?... Si obviamente lo vi... Tenemos que escapar.... ¡Hay irnos de aquí!... No grites cállate y todos en calma... No sé que vamos hacer... El no debe encontrarnos... Ya decidan que haremos... Estoy perdiendo la paciencia... Nadie sabe organizar nada aquí pff... Hay que matarlo, acabar con esto de una vez por todas.... Eso es muy violento.... Voto por huir... Yo quiero que nos vayamos... No esperen si hay que matarlo haci jamás vamos a huir de nuevo... Yo debo tomar el control de la situación haci acabaremos con esto...¡Yo merezco tomar el control!... ¡Claro que no!... Yo lo quiero... No yo también lo quiero.... ¡Hey no! La única que lo tomara seré yo, yo di la opción de matarlo>>

— Nadie tomara el control de ¡Nada! -da un puñetazo a la pared- Yo tengo todo bajo control como siempre eh tenido todo... -se mira al espejo-

— Buenos días Señor ¿Algo que ordenar?

— Quiero un café cargado por favor -se acomoda la corbata-

— Enseguida -mira a Harry- aquí tiene su pedido

— Gracias

— Eres guardia de seguridad eh -voltea a mirarlo-

— Si, parece que tú trabajas en bienes raíces -rie levemente-

— Trabajo en lo mismo que tú -sonrie levemente- solo que yo tomo casos y los busco

— Yo quería calificar para eso pero no pase la última prueba, mi corazón no es frío para pasarla y tampoco mi mente

— Lástima, deja mucho este trabajo -le paga a la chica cuando le da el café- ¿Conoces a una Houghton?

— Houghton... No lo lamento -lo mira- ¿Se escapó?

— Exacto -bebe de su café y camina a la salida- gracias, hasta luego...

— Harry, me llamo Harry -lo mira-

— Hasta luego Harry -sonrie y sale de el cafe-

—Al ver que salió del cafe y se alejó hacia su auto, Katerine sale con toda libertad y camina hacia Harry—

— Listo ¿Cuál es el mío?

— Ah es este -le da un café-

—Gracias ahora hay que irnos ya que me toca atender a Jorge -sonrie-

— Cierto hay que irnos

—La doctora Katerine al llegar a su casa tomo su laptop y comenzó a buscar una casa en venta, ellos no tenían que encontrarla—

La nube Bicolor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora