MIEDO

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Los primeros días tras su salida de la clínica podrían considerarse que fueron un caos, en cada canal que veía salía el titular de "Doctor Yakov Ivanov, enjuiciado por experimentación humana, por violación a los derechos humanos, por secuestro, por homicidio...etc" y la lista seguía con cada noticia nueva del caso que aparecía, ya lo habían apresado y a pesar de toda su influencia no había podido escapar de la detención preventiva, todos los noticiarios auguraban la prisión perpetua para el doctor y Misha estaba seguro de que sería así, Nikolai le aseguraba que las pruebas eran tan atroces que ni el mejor abogado podría salvarlo.

El menor por su parte también tuvo una tormenta con la cual lidiar la cual comenzó con llamar a su universidad pidiendo congelar sus estudios debido a problemas que no le permitirían seguir con su carrera al menos por ese año y que todo el proceso de gestión lo haría un representante; luego la llamada a su hermano de que estaría lejos por un tiempo pero que estaba bien, y después de hacer muchas preguntas y sentirse satisfecho su hermano le deseo suerte y finalmente llegó la llamada que más temía Misha, la llamada a Iván, una conversación que no debía ser echa por celular pero debido a la circunstancias no podía ser de otra forma, era de esperarse que la llamada no terminó del todo bien, un Iván, preocupado, un Iván dolido, un Iván indiferente, un Iván furioso tuvo una conversación con él al menos por una hora, en la cual concluyó que en que su relación se daba por terminada "cosa que Misha ya había dado por sentado" pero que cuando las cosas se calmaran cabía la posibilidad de retomar una amistad.

En esa conversación pidió todas las disculpas que a su mente llegaron, inventó mil y una excusas para tratar de no revelar la verdadera razón de lo ocurrido, no podía, no podía dar noticias e su paradero, tampoco su participación como sujeto de experimentación de la clínica, no si quería alejarse de aquel embrollo y ser vinculado al escándalo más aberrante de la década, y con un último lo siento Iván cortó su llamada para quizás nunca más saber de él.

Nikolai tampoco la tuvo fácil, la llamada de Alexei no se hizo esperar, el sermón y el enojo por parte del jefe del escuadrón vino casi a los dos segundos de haber tomado aquel llamado, no era algo que el pelinegro no supiera que sabía y todos los gritos de su superior se los tenía ganado con creces.

Había rescatado al menor y además ocultado parte de la información que lo vinculaba al caso, como si este nunca fuese parte del experimento, Nikolai aguantó al menos dos horas con el teléfono en mano las reprimendas de su jefe, con su mano fatigada, el oído adolorido y enrojecido, además de las preguntas por el estado del muchacho, sus razones de insubordinación, el odio que tenía contra él y las ganas de golpearlo las cuales concluyeron en que le debía una y que si no fuese porque eran grandes amigos y el mejor del grupo mandaría a volar su trasero del escuadrón; a esa llamada le siguieron otras como las de sus compañeros preguntado por su situación sólo con el afán de chismosear.

Tras aquel primer impacto los cuales habían dejado agotado tanto a Misha como a Nikolai le siguió el segundo, aquel segundo que inclusive podría ser más catastrófico que el anterior, aquella plática del estado actual del rubio, la conversación de las probabilidades que tenía Misha de entregar un vida luego de sus dos momentos de pasión y amor, una charla llena de temores por parte de ambos, una charla que puso tensa su reciente relación, Misha temía porque el mayor no lo aceptara y él temía por la salud y los riesgos que implicaban si es que un embarazo resultaba ser positivo.

El agente con sus temores y dudas pidió ayuda a aquel que todo lo podía hacer, a aquel que seguramente le debería dos y que seguramente se irían sumando, ya que aseguró que buscaría al mejor y más discreto especialista de sus instalaciones al cual se le sería entregada toda la información referente al paciente; lo que significaba un informe detallado de su paso como sujeto experimental número 205. Pero el poderoso benevolente Alexei no sólo consiguió aquello sino que también le otorgó al castaño el tiempo que considerara necesario a modo de vacaciones, no sin antes volver a aquella parte en la cual era regañado por ser un idiota, en no pensar las cosas y un lujurioso por no poder controlar su entrepierna.

CompatibilidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora