Feliz Halloween - One Shot McDanno

Feliz Halloween

La luna está en su punto más alto iluminando todo en cuanto puede, el viento frío azota con fuerza las palmeras y los edificios de la isla, mas eso no impide que se celebre uno de los días festivos más famosos alrededor del mundo.

Halloween.

Niños corriendo de casa en casa pidiendo dulces vestidos de monstruos, personajes ficticios, superhéroes y otros más que llenan del espíritu de Halloween a todo aquel con el que se cruzan. Los padres con sus hijos acompañándolos en su travesía de "Dulce o truco", parejas vestidas o viendo una película de terror en el calor de su hogar.

Los cien repletos de parejas y más de algún solitario disfrutando de uno de los mejores estrenos del año, que no podía concordar mejor para esta fecha: "It".

Todo está en completa oscuridad y las parejas se abrazan en las partes donde el suspenso te llena y no sabes qué va a pasar. Justo en ese momento, el globo explota y el payaso sale detrás de él para atacar a un joven en una cloaca abandonada y todos en la sala gritan.

—No sé por qué accedí a venir —gruñe la chica isleña abrazada al rubio a su lado.

—Vamos, Kono, esto no da miedo —le dice él señalando la gran pantalla.

—Tú eres hombre —se excusa mientras de reojo sigue viendo la película.

—Eso no tiene nada que ver. Simplemente sé que esto es falso, esto no es real —explica moviendo sus manos—. Esto no existe, fantasmas y payasos locos. No existen.

—Suenas muy seguro, Williams —dice la chica—. Quiero verte cuando veas un fantasma real y me burlaré de ti cuando te asustes.

—Claro, si es que no sales corriendo primero.

—Me armaré de valor solo para verte huir como un niño asustado.

—Jaja, cosa que jamás pasará —se burla—. Pero si me llegara a ocurrir algo sobrenatural, serás la primera en saberlo y te deberé todas las rondas de cerveza que quieras.

—Bien, ya verás. —Es lo último que dice la isleña para continuar gritando en las partes más escalofriantes de la película.

Cuando la película finaliza, varios, entre hombres, mujeres y niños, salen llorando de la sala, otros como si nada y otros hasta pálidos. El rubio no entiende por qué se ponen así, después de todo, nada de eso es real y aún así casi se les sale el corazón al ver una película de terror que ni siquiera es tan buena. Al menos esa es su opinión.

Algunas de las personas que acaban de salir se van al estacionamiento por sus autos, otros a ver otra película o a comer palomitas en las butacas. En el caso de Kono y Danny, no tienen otra opción más que irse caminando. Kono no tiene auto y el Camaro de Danny está siendo reparado, por lo tanto, se van caminando por las oscuras calles levemente iluminadas por los postes de luz.

Por ser hombre, caballero y buen amigo, acompaña a su amiga hasta su hogar donde su novio la espera. Este no es celoso con los amigos de Kono y menos de Danny, ellos también son amigos gracias a su trabajo en la HPD. La acompaña hasta la puerta que ya estaba abierta dejando ver a Adam aún vestido con su uniforme.

—¿Acabas de llegar? —Pregunta la chica dándole un beso cuando está cerca de él.

—Sí, tuve que llenar papeleo —dice cansado—. Gracias por traerla, amigo.

—De nada, amigo. —Se abrazan con un par de palmadas extra.

—¿Quieres quedarte un rato? Ya es algo tarde.

—No, gracias. De seguro ustedes tienen mucho que hacer. —Sus palabras salen con un toque coqueto y de burla a la vez.

Los tres ríen y luego de unos segundos, Danny procede a irse a su hogar que está un poco lejos de la casa de Kono. Las calles están en silencio, lo único que se logra escuchar es el sonido de los grillos y de algún gato maullando en los techos de las casas.