2. El Sueño

9 1 0
                                    

No puedo recordar mucho sobre aquello que soñé... Pero sí recuerdo algunas cosas, recuerdo la primera vez que pude apreciar un maravilloso mundo en el que podía hacer realidad cualquier cosa que imaginara, aún si eso fuera una locura. Recuerdo como cada palabra que decía se perdía en el vacío eterno de la lejana soledad que podía sentir en aquel sueño. Recuerdo que podía sentir como caían las innumerables gotas de lluvias sobre aquello que parecía el cielo nublado. Recuerdo como empecé a correr, y a correr, y a correr... Y cuando sentía que no tenía sentido seguir corriendo, me detenía a pensar... ¿Por que estaba soñando esto?, ¿Por que me empezaba a sentir vacío?, Y entonces pude verla, que me miraba fijamente y aunque no podía escuchar su voz, me decía "ven", y yo la seguí hasta que se detuvo y al voltear me dijo "Deberías buscar a alguien más, porque yo ya tengo que irme". Luego de eso, se desvaneció. Simplemente se desvaneció, y entonces pensé... "¿Acaso aquella persona que vi... Era yo tratando de no sentirme solo?"... Y desperté, no puedo recordar mucho sobre aquello que desperté, pero se que la soledad me atormentaba hasta en mis sueños, pero no dejaba de ser solo eso, un sueño.

Cuando me dirigía a un lugar sin razón alguna, empezó a llover y yo, al tratar de no mojarme, empecé a correr y me puse debajo de un lugar donde la lluvia ya no podía alcanzarme, y detrás estaba una tienda. Estuve 10 minutos, mas o menos, pensando o al menos intentando recordar aquello que había soñado, necesitaba una pista... Y afortunadamente, o por pura coincidencia, alguien salió de la tienda y empezó a platicar conmigo sobre el sueño que había tenido. "Y entonces me desperté pensando en que si de verdad había sido un sueño", concluyó su historia. Era curioso porque su sueño no había sido tan diferente al mío, de hecho, le tomó el mismo tiempo que a mí me hubiera tomado contar mi sueño y cuando estuve apunto de hacerlo dijo: "Deberías buscar a alguien más, porque...", "Ya tengo que irme", la interrumpí. Ella asombrada me preguntó: "¿Cómo sabías que diría eso?", A lo que le respondí: "Porque aunque no pude ver tu rostro, sabía que eras tú, tú eres quien llena ese vacío que siento al sentirme solo". "Yo... No se que responderte...", dijo intentando no mirarme a los ojos. "No tienes que decir nada, simplemente quería decirte que estuviste en mis sueños por pura coincidencia", le respondí, aunque... Sabía que había algo más... Bueno, no importa, de todas maneras no volví a saber de ella y para eso estoy aquí... Para contar todo aquello que se perdió en mis recuerdos, pero que la vida me permitió volver a sentirlo para poder contarlo.

El Árbol de las AnécdotasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora