El corazón de Hades

1.1K 123 6
                                    




Capítulo 2

Nota especial.

En esta obra existen términos para referirnos a un omega masculino que da a luz y para una alfa femenina que juega el rol de padre. Esos términos son:

> Menma: Omega masculino que da a luz

> Memba: Alfa femenina que ejerce el rol de padre.


Mi padre nunca fue alguien afectuoso. Solía ser un hombre de pocas palabras con quien apenas podía comunicarme, por eso el día en que supe que la segunda esposa de mi padre tendría un hijo, yo... Entendía lo que eso significaba para la persona que me dio a luz, pero sentir alivio y alegría fue inevitable porque ya no estaría solo. Tendría a alguien que me necesitaría más que mi padre.

Fui llamado Hades, aquel que nunca heredaría la corona. Sin embargo en mis días de inocencia, ser o no ser el heredero era irrelevante. Ser juzgado por mi naturaleza no me traía ningún sentimiento de angustia o miseria. Nunca me sentí inferior pero si poco amado. Era un niño que buscaba desesperadamente la calidez y aceptación de su padre. Una vez que mi pequeño hermano naciera se convertiría en un segundo padre para mí, otro más a quien suplicarle por amor.

Mi procreador era un hombre omega. Cuando tuve mi primer ciclo a la edad de mis 10 años, mi menma se acerco y me dijo:

__ Eres tan afortunado, tendrás la oportunidad de procrear una vida.

Me sentí afortunado, justo como mi menma dijo, sentí que había encontrado una forma de ser útil... Una razón para ser el hijo de mi padre. Sin embargo esa fue la última vez que mi padre me miró fijamente. Todo lo que hizo fue entrar en la habitación del partero y preguntar con exaltación:

__ ¡¿Cual es el resultado?! (exhala profundo) ... Es un alfa, ¿cierto?

Todos en la habitación se miraron entre sí, mientras que el partero conservó el silencio hasta el último instante. Entonces justo cuando mi menma iba a decir algo yo le interrumpí diciéndole a mi padre lleno de emoción:

__ No padre, ¡soy omega! y soy muy afortunado porque podré procrear una vida.

Mi padre, con una expresión insensible, me hizo a un lado. Justo como el niño inocente que era, no entendía porque a mi padre no le alegraba la noticia. Todo lo que hice fue repetir las mismas palabras que mi menma me dijo, pero incluso él lucía triste en ese momento. Mi padre, como siempre, no dijo mucho y se marchó después de pedir que fuéramos sacados del castillo principal y llevados a la casa del norte, el lugar más alejado del palacio real.

>> ¿Por qué?, ¿Por qué?, ¿Por qué?,..<<

Repetía dentro de mi cabeza una y otra vez. Empezaba a sentir aquel agujero negro en mi pecho. No podía creer que en un instante había descubierto una razón para mi existencia, para serle útil a él  y ahora ya no había nada. Le tomó menos de diez palabras deshacerse de mí y mi menma.

Tras ser apartado junto con mi menma, pasaron tres largos años antes de que pudiera volver a tener contacto con mi padre. Durante aquellos tres años que no estuvo presente no dejaba de pensar en una razón por la que mi padre decidió separarse de nosotros. Así que llegué a la conclusión de que me odiaba por el simple hecho de existir. Mi menma nunca se quejo ni una vez. Siempre se le veía esperanzado de que algún día el hombre que amaba cruzaría la puerta principal y lo llevaría de vuelta al palacio. Cada vez que lo veía sentado en la entrada, pensaba:

>> No lo esperes, porque nunca vendrá<<

Estaba tan molesto de que mi menma me hizo del mismo modo que él. Me hizo ser una herramienta rota, un cuchillo sin filo, una marioneta buscando desesperadamente ser amado por un hombre incapaz de amar. Estaba tan molesto de que él no estuviera enojado o resentido y que en su lugar lo esperaba con intenciones de perdonarle su abandono.

The Crown; La caída de los siete reinos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora