Te dire algo, ambos somos reencarnaciones

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Dolía, dolía mucho por veces, en otras era leve pero el dolor permanecía.

Trataba de abrir sus ojos pero estos simplemente se negaban a hacer tal acción. Sentia que su cuerpo no respondia, pesaba y por primera vez en muchos años estaba agotado. Pero, por qué? Trataba de recordar lo que habia hecho para caer rendido de esa manera. Su cuerpo no era el único cansado, su mente también por eso dejo que morfeo hiciera de las suyas. Dejo de pensar y volvio a las penumbras.

"Él  a cambiado, perdónale… solo necesitas conocerlo para entenderle. Asi como fuimos él  y yo en aquellos tiempos"

Abrio los ojos de golpe, empapado en sudor, con el cuerpo completamente vendado y con un dolor inmenso en cada parte de su ser. Aquella voz, la habia escuchado en ocasiones de niño. Alguien le hablaba o al menos eso queria pensar, porque eso se sentia. Que alguien le hablaba sobre algo pasado que no lograba entender del todo.

Escucho ruido del otro lado de la puerta, ahí fue cuando noto en donde se encontraba. Era la habitación que le habia concedido Todoroki en el palacio. Y como si fuera un detonante aquel nombre… lo recordo.

Las noticias, los cambios, el rey, el coliseo, la amarga derrota, el miedo que experimento al verse descubierto por aquel rubio cenizo al no poseer don alguno. Quiso decir algo al viento pero su garganta estaba seca, quiso levantarse pero su cuerpo se lo nego. Por su mente pasaban muchas cosas pero lo que más le atormentaba en ese momento era que…

—...s-soy… un… hu-human…—

Pero el peliverde se nego a terminar aquella oración. Con sus manos hechas puño, reconoció que ahora... prácticamente era un humano, un simple y debil humano. Nego levemente, debia de calmarse, necesitaba saber como estaban las cosas luego del enfrentamiento. Y como si sus ruegos fuesen escuchados, alguien habia abierto su puerta.

—…!?… Iz-Izuku!— gritó una castaña llegando rápidamente a la cama del mencionado —Despertaste! Haz despertado, te duele algo? Quiéres comer? Las vendas no estan apretadas? Deseas que las cambie?— cuestiono rápidamente al ver al peliverde despierto.

Izuku solo nego para luego dar pequeños golpes con su mano sobre su garganta. La castaña al ver el gesto comprendió el estado de su amigo. Busco agua para luego en un recipiente dársela al peliverde. Ayudo a que bebiera el líquido hasta quedar satisfecho.

—Mejor?— pregunto la castaña notando la satisfacción en el otro.

—…si, gracias— respondió con dificultad pero refrescado y aliviado al notar que era agua lo que necesitaba para poder hablar —Uraraka, qué paso?—

La castaña borro su sonrisa por unos segundos para mostrar ahora, una leve sonrisa.

—Bakugou… los derroto en un instante— expresó con amargura —Estabamos muy sorprendidos, todo fue tan rápido que… él es, demasiado fuerte, esta fuera de nuestro alcance— afirmó con calma —Cuando te dejo inconsciente, si él no nos hubiera gritado que fuéramos a ayudarles… creo que los habríamos perdido—

—Me estás diciendo que… —

—Todoroki y tu le deben la vida a Bakugou— confirmo la castaña con pesar —Los tratamos, mi maestra y yo hicimos todo lo posible para curar sus heridas pero… —

El peliverde observó como la castaña dejaba salir pequeños sollozos mientras limpiaba el líquido que caía de sus ojos.

Por un reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora