Fem México (One-shots)

La isla de las muñecas

Hacer una apuesta con México era una mala idea, y los países lo aprendieron a las malas.

Bueno, resulta que una de las tantas fiestas que celebraba USA propusieron actividades de terror, y de ahí empezaron a alardear de quien era el país más valiente.

-Claramente- Alardeó USA- Yo soy más valiente-

-Si, claro- Dijo Rusia, irónico- No aguantarias ni a los niños disfrazados en Halloween-

-당신은 두려움이 무엇인지 전혀 모른다 (Ustedes no tienen idea de lo que es el miedo)- Gruñó el norcoreano con su usual tono serio, sin apenas levantar la mirada de lo que estaba leyendo.

-Eso ya lo veremos- Comentó Alemania, metiendo baza.

-¿De que hablan?- Preguntó México, metiendose en la conversación.

-Nada- Respondió China sin importancia- Solo sobre quién es más valiente, nada que te involucré-

-¡¿En serio?!- Se emocionó la chica- Me encantan estas cosas. Yo también participo-

Aquella declaración hizó girar a los demás países a mirar a la "pequeña" tricolor, con los ojos como platos.

-¿Qué?- Preguntó ella, confundida.

-Bueno..... Haber como digo esto con tacto- Divagó Canadá.

-No creemos que puedas aguantar el terror- Argumentó Japón.

-Si, eres una chica, normalmente sois delicadas- Confirmó NorCorea.

-¿Que me estáis diciendo? ¿Que por ser una chica no puedo aguantar el terror?- Preguntó, incrédula.

Ninguno de los presentes dijo nada, pero se notaba en sus caras que estaban de acuerdo y que, realmente, lo pensaban. Incluso alguno asintieron con la cabeza.

-¿Es neta?- Suspiró nuestra protagonista- Años y años de revindicación e investigación, ¿Para que ahora me salgan con esto?-

Nadie respondió a la pregunta de la mexicana, aunque tampoco lo esperaba.

-Pues bien, me vale madre- Declaró con coraje- Amo el terror y si hacen una competición de quién aguanta más, yo me apunto-

Algunos intentaron hacerla cambian de opinión, pero fué imposible. La chica era terca como una mula.

Finalmente, no les quedó de otra que aceptarla en la apuesta.

-Bueno- Dijo Canadá, después de tanta discusión- ¿Qué nos apostamos?-

-Qué tal?- Terció Japón- ¿Si cada uno de los que pierde le debe obediencia al ganador, es decir, el ganador puede ordenar lo que quiera y los perdedores tendrán que obedecerle durante, digamos, una semana?-

La mayoría estuvo de acuerdo con la propuesta.

-Vale- Concordó Canadá- Pero las órdenes no pueden afectar al país en cuestión, solo a la personificación-

Y así, la apuesta comenzó.

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Habían pasado el resto de la noche viendo películas de terror y escuchando historias macabras de los diferentes folkores de cada uno.

Se había formado una especie de pelotón alrededor de la mujer tricolor, con el fin de "reconfortarla" si se asustaba.

Lo cierto es que ellos se asustaron más que ella.

A la chica le encantaba el género del terror y una maratón de películas le parecía estupendo. Lo único que le molestaba era que los países usaban eso como excusa para pegarse a ella.