VII

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Omnisciente

Al final Katsuki aprendió una lección que era conveniente en si.
No se debía negar ante el príncipe Izuku, aún que este le pidiese lo obsceno y sucio.

Tenía sus pros y contras, tenía el gran privilegio de tener un contacto con un omega tan perfecto y bello, estaba asustado de decirlo, pero vaya que quería hacerlo suyo.

En su contra estaban las dudas, el no saber bien que esperar de Izuku y hasta la incertidumbre.
Como no, se podría decir que el príncipe intentó matarlo al hacerlo luchar contra una de sus mascotas.

No sabía que esperar de él, teniendo una personalidad tan variada como para besarlo y después hacerlo casi morir; estaba de más decir que era algo peligroso.

En su mente rondaban tales pensamientos rápido y sin respuesta, solo se dejaría llevar por sus convicciones y lo que el príncipe quiere.
No tenía otra alternativa de cualquier manera.

— Mi hijo te hizo hacer eso — habló el rey estando en privacidad con el guerrero — ¿No? —

Aún le parecía ilógico que Bakugo haya luchado a solas contra un leviatán, era una muerte segura.
Incluso Katsuki lo admitía, ganó por pura suerte.

— No, mi rey — no podía ni quería exponer la perversidad de Izuku, simplemente no.

— Fuiste un idiota al retarte de esa manera — Yagi no lo decía, pero veía a Bakugo como su hijo.

El hijo alfa que nunca tuvo.

Lo vió entrenar desde pequeño hasta convertirse en el mejor guerrero, siempre cumpliendo las expectativas del rey.
De forma involuntaria creció una especie de afecto hacía él.

El día de esa batalla contra una de las mascotas del príncipe, estuvo preocupado ya que como todos, creía que Katsuki iba a morir.

— Lo siento, mi rey, fué insolente — no levantaba la mirada del piso por los nervios que iban por todo su cuerpo.
La azul y fuerte mirada del rey sería un catalizador para sus ansias.

— Quiero oír la verdad — gruñó — ¿Esto fue obra de Izuku? — tenía sus razones para pensar eso, mismas que serían expuestas más adelante.

— No — finalmente levantó la cabeza — Fué voluntad propia — suspiró pensando en que castigo se podría llevar — No sucederá de nuevo — Yagi lo miró directo a los ojos por unos segundos que fueron largos para el menor.

— Dile al príncipe que venga, está en el jardín — eso asustó más a Bakugo.
Si Izuku se enojaba con él por cualquier cosa que el rey diga, ahora si terminaría muerto.

— A sus órdenes mi rey — se levantó de sus rodillas y sin querer perder más tiempo ni ganas de seguir bajo la fuerte presencia del rey; caminó rápido por los pasillos con la mente hecha un desastre.

Salió hasta el grande y bello jardín del palacio, colorido por las bellas flores y árboles, como un paraíso.
Tan sereno con los leves ruidos de las aves que volaban por las ramas de los árboles.
El suelo tapizado de un verde natural por el pasto que crecía entre un camino de piedra que llevaba a varias zonas.

Buscó a Izuku con la mirada sin llegar a verlo, tuvo que caminar por entre los árboles y flores buscándolo.

El ni siquiera debería de estar haciendo ese tipo de mandados sin importancia en general, pero al ser petición del rey no tenía alternativa.

Continuó su búsqueda hasta llegar a una zona un poco más cubierta por arbustos donde justo en medio se encontraba el omega.

De rodillas y con los ojos cerrados, sus manos juntas y con lentos pero fluidos movimientos en sus dedos, susurrando cosas que el alfa no lograba escuchar.

WARRIOR (KATSUDEKU) (OMEGAVERSE) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora